Nos habría complacido que el Instituto de Formación Política (INFP) de Morena nos hubiera invitado a participar en alguna de sus mesas de debate, en tanto autora del libro encargado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Los alimentos que escribieron la historia de la humanidad, y columnista durante los 12 años pasados en este espacio, cuyo título dice por sí mismo cuál es la lucha que emprendimos y a la que invitamos a todos los mexicanos, desde máximas autoridades hasta campesinos sin tierra… Sin embargo, en ausencia de tal privilegio, en estas breves líneas resumiremos al máximo lo que habríamos expuesto de viva voz en las mesas del INFP.

Habiendo escrito en la anterior entrega que nuestro lema podría ser: “Por el bien de los y lo mexicano, primero las milpas originarias”, o dicho de otro modo, luchemos por la producción agrícola a la manera ancestral, que demostró su eficacia durante milenios, fue destruida por la soberbia del invasor europeo y sustituida por los monocultivos que eran la base productiva en el continente de origen de estos, y que hasta la fecha coloniza el quehacer de los mexicanos desde la concepción y el trabajo productivo agrícola, hasta la idea que de este rubro tienen el presidente de la República Mexicana y los coordinadores del INFP, quienes no aceptan mirar hacia “la otra concepción de la producción de alimentos”, haciendo suyo el prejuicio de que las nuevas “tecnologías” deben sustituir las costumbres arcaicas, sin importar que la eficacia productiva de las que por milenios permitieron una excepcional expansión demográfica sea sustituida por los químicos. Y que, de paso, la gran riqueza cultural material y espiritual sea revivida como mercancía en el mercado del turismo. Pero entonces, ¿en qué quedan la 4T y la rehabilitación histórica con el México humanista? ¿En un reacomodo dentro del mundo global capitalista?

Porque, si nuestro presidente cambiara ya de asesor en agricultura y escuchara otras voces, incluida la de No Sólo de Pan..., cuyo título conlleva la idea de que el pan de trigo nos colonizó desde su manera de ser producido hasta la de su consumo, obligando a los mexicanos a producir su maíz ancestral como si fuera de la familia Triticum, tal como los colonizadores hicieron en nuestras tierras y en las otras tres cuartas partes del planeta, llevando a la par que sus métodos de destrucción guerrera y expoliación minera, la destrucción de la producción tradicional de alimentos, sembrando la desertificación y el hambre a lo largo y ancho de los continentes, y esto ya antes del auge del capital.

Pero imaginemos que la consecución de la 4T adopte programas locales, en los que subsista un campesinado de milpas y se les aporte todo lo necesario para que produzcan a su manera agrícola y social, en vez de llevar extensionistas recién paridos por las nuevas tecnologías y fertilizantes que, si bien aumentan los primeros resultados, terminan por dejar páramos infértiles con la expulsión de campesinos. Imaginemos que se les cede la batuta porque nuestra dirección a la occidental, falla cada vez más, y no sólo aquí, sino alrededor de nuestro planeta. Imaginemos el acto histórico de repensar una política justa, que en vez de privilegiar la identidad mestiza identificada con el padre conquistador, se identifique con la Madre Tierra, generosa e inagotable proveedora…

Pero no hay que entrar en pánico, aun si los campesinos siguen siendo muchos, las ciudades no van a desaparecer bajo sus huaraches; al contrario, sus mercados se van a abaratar al tiempo que los productos van a mejorar de calidad y, en vez de invertir más en “salud”, con hospitales y en campañas contra los productos chatarra, estos van a desaparecer porque nadie los va a comprar y nuestro pueblo irá readquiriendo su elegante silueta masculina y femenina, los niños su energía física y habilidad mental y los viejos estaremos a su lado más tiempo para cooperar como población vigente. El golpe de timón de nuestra nave humanista mexicana sólo espera una mano fuerte y capaz (que idealmente sería la de nuestro actual presidente), pero que, si a éste ya no le diera tiempo de rectificar el camino, toda una nación mayoritaria daríamos lo que nos queda de vida por llevar a término una Cuarta Transformación histórica, no sólo coyuntural.

PS: No supimos manejar la página www.cruzadaporlamilpa.com.mx y se terminó la cuota, pero ya la renovamos y podrá usarse con la interlocución de quienes saben operarla. Muchas gracias por usarla.