Piste, Yuc., Al reafirmar la importancia del patrimonio cultural e histórico como elemento fundamental de identidad y motor de desarrollo del pueblo de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador estableció un compromiso con la comunidad del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH): “Mientras sea Presidente, ustedes seguirán rescatando sitios y piezas arqueológicos”.
Acompañado por el gobernador de Yucatán y el director del INAH, Mauricio Vila Dosal y Diego Prieto, de forma respectiva, el mandatario sostuvo la noche de ayer un encuentro con los 450 especialistas de esa dependencia federal que participan en los trabajos de salvamento arqueológico derivado de las obras del Tren Maya, con la zona arqueológica de Chichén Itzá y la pirámide de El Castillo de fondo.
Reconoció que sin la participación del INAH ese proyecto prioritario de la actual administración hubiera sido imposible de lograr; agradeció el compromiso y la participación de arqueólogos, antropólogos, historiadores, restauradores y demás especialistas abocados a la investigación y preservación del pasado del país, así como de otras disciplinas.
“Esto se debe al apoyo de ustedes, y es un apoyo no al gobierno, sino al pueblo de México”, dijo, y extendió su reconocimiento y gratitud a Diego Prieto, “porque él se ha aplicado a fondo”.
El titular el Ejecutivo aseguró que en las obras de los mil 500 kilómetros de la ruta del Tren Maya se ha puesto especial atención y cuidado en proteger el patrimonio histórico, “porque, ¿cómo lo vamos a destruir, si sabemos lo que significa para la fortaleza de nuestra nación, su historia, su cultura?
“Pero al mismo tiempo tenemos que dar atención al pueblo que necesita bienestar, empleo. Sí podemos lograr ese equilibrio, por eso hablo de modernidad forjada desde abajo y para todos.”
López Obrador llegó a esta zona arqueológica –la más visitada del país el año pasado, con más de 2 millones y medio de personas– a bordo del Tren Maya, procedente de Mérida, la capital yucateca.
Además de la reunión con los especialistas, que llevó por título Recuperación de la memoria y la grandeza de la civilización maya, encabezó la ceremonia de apertura simbólica de Chichén Viejo o Serie Inicial, conjunto arquitectónico prehispánico ubicado un kilómetro y medio al sur del área monumental de esta antigua urbe maya, que en tiempos remotos fue habitado por uno de los gobernantes del lugar.
Como parte del acto, realizó un recorrido por las edificaciones, plazas y recintos rituales de ese antiguo espacio habitacional, el primero de su tipo que se abre al público en esta zona arqueológica, tras un largo y arduo proceso de trabajo efectuado como parte del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas, el cual se deriva del proyecto del Tren Maya.
En su discurso, el presidente López Obrador llamó a valorar la importancia de la herencia recibida de las culturas antiguas de nuestro país, porque “gracias a esa reserva cultural, los mexicanos tenemos costumbres, tradiciones y organización social que nos ayudan a enfrentar las calamidades, inundaciones, epidemias, hambrunas, malos gobiernos, corrupción. Todo eso lo hemos podido superar por los valores que heredamos de las culturas prehispánicas”.
Antes, Diego Prieto, visiblemente emocionado, destacó que gracias al proyecto del Tren Maya, el INAH está impulsando la mayor investigación arqueológica que se haya desarrollado en el área maya de Mesoamérica.
“La más grande, sin duda, por su extensión y sus alcances, además de la cantidad de profesionales y trabajadores involucrados en esta tarea. Nunca había habido un proyecto con esta cantidad de arqueólogos, antropólogos restauradores y demás disciplinas relacionadas con el cuidado de nuestro patrimonio como en este proyecto Tren Maya que, por supuesto, se hace cargo, y siempre lo ha demostrado, del cuidado de nuestro patrimonio.”
Al compartir algunas cifras de los resultados obtenidos a la fecha por los trabajos de salvamento arqueológico derivados de esa obras en el sureste mexicano, el antropólogo sostuvo que con ese proyecto “se ha garantizado la protección y salvaguardado el patrimonio arqueológico encontrado y, con ello, se ha generado un valioso cúmulo de información que nutrirá la investigación y la academia en torno a la cultura maya durante las próximas décadas”.