Que en la “selección” del “responsable nacional” (candidato o candidata a la Presidencia de la República) del Frente Amplio por México (FAM) “no habrá dedazo”, pues se trata de “un proceso imparcial y objetivo”, se “comprometió” –vanamente, desde luego– el Comité Organizador del enjuague electoral de la derecha autóctona. Lo cierto es que más tardó en decirlo que en caérsele el teatro, porque desde un inicio la decisión estaba tomada y lo que prevaleció fue la simulación.
En un acto “masivo”, el pasado 3 de julio ese Comité Organizador del FAM (integrado, entre otros, por los ex consejeros electorales Marco Antonio Baños y Arturo Sánchez; la ex secretaria general del PRI y candidata fallida al gobierno de Hidalgo, Carolina Viggiano; la secretaria general del PAN, Cecilia Patrón Laviada, y la secretaria general del PRD, Adriana Díaz Contreras) presentó en sociedad el calendario y los procedimientos que seguirían en esa agrupación para la selección de su “responsable nacional”.
Lo cierto es que en el FAM más tardaron en presentar a los 11 “aspirantes” a ser “responsable nacional” que estos en declinar –uno tras otro como fichas de dominó– a sus pretensiones. Al final de cuentas quedaron dos (Xóchitl Gálvez y Beatriz Paredes) sólo para declarar vencedora, con un empujoncito del impresentable Alito, a Ladygelatinas, en un enjuague en el que si algo destacó fue la simulación. Y fue tan descarada que sin concluir lo que el propio Comité Organizador calificó de “proceso”, rápidamente y de forma adelantada declaró el fin de la contienda, pasándose por el arco del triunfo la “consulta ciudadana” –voto directo– que debería realizarse el próximo domingo y que representaría 50 por ciento a la hora de tomar la decisión.
Nada novedoso, desde luego, porque esa ha sido la práctica más destacada de los participantes, en particular, como de los partidos integrantes del FAM, en general. Si por número (oficial) de militantes fuera, en la “consulta ciudadana” que alegremente el Comité Organizador del FAM rápidamente echó al bote de la basura, el PRI hubiera arrasado y la “responsable nacional” sería Beatriz Paredes.
¿Por qué? El tricolor (las cifras son del INE, oficiales y actualizadas a junio de 2023) registra una militancia de 1.4 millones, mientras la del PAN no pasa de 278 mil (apenas en el límite legal permitido). Aun si la del PRD (poco menos de un millón), de la mano de la panista, votara masivamente por Xóchitl, el número no alcanzaría y el resultado (en el supuesto de que toda la militancia de los tres partidos asistiera a las urnas y sufragara por su propia candidata) el resultado sería: 1.4 millones para Beatriz Paredes contra 1.3 millones de Acción Nacional y los Chuchos para Ladygelatinas. Ello, desde luego, sin contar con el efecto Alito, que una buena rebanada debió meterse en el bolsillo.
Entonces, queda claro por qué, de la nada, se canceló la “consulta ciudadana” y confirma, por si a estas alturas alguien tuviera dudas, que la “elección” de Xóchitl fue una decisión rigurosamente cupular (de los meros barones, pues), para lo cual los tres dirigentes partidarios, los supuestos “participantes” y el Comité Organizador y el mismo FAM simple y sencillamente actuaron como viles patiños. Tal vez Beatriz quiso ser cauta a la hora de calificar de “banquetera” la declaración de Alito en su contra (en los hechos, la lanzó al abismo), pero consciente debe estar de que todo fue una farsa para “legitimar” a la hidalguense. A menos, claro está, que la tlaxcalteca formara parte del coro.
Sobre este asunto, el presidente López Obrador dijo que el circo descrito “es lamentable, porque es un asunto cupular, es el gerente Claudio. Nunca se había visto esto, así tan claro, tan descarado; ni siquiera terminaron su proceso; fue pura declinación. Se los dije, se los dije. Y una regla de oro de la democracia es no permitir la simulación, porque eso fue lo que más perjudicó a México; una cosa era lo que decían las leyes y otra cosa era lo que se hacía, esto desde el porfiriato; en lo político ya no estaba don Porfirio, pero se quedó doña Porfiria”.
Las rebanadas del pastel
Y en el cuento de nunca acabar, una vez más el aparato de “impartición de justicia” hace de las suyas: el ex director de Petróleos Mexicano, Emilio Lozoya, “quedó libre del proceso por el caso de Agronitrogenados” (léase fraude a la nación), porque, dice el juez de control Genaro Alarcón López, Alonso Ancira (el empresario involucrado en este caso) “ya está pagando” por el desfalco. Qué cara más dura.
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