Usada como estrategia para infundir el terror en los ciudadanos, la desaparición forzada afecta no sólo a las víctimas directas, sino también a los parientes próximos, las comunidades y al conjunto de la sociedad, señaló ayer la Organización de Naciones Unidas, que advirtió que a pesar de los instrumentos legales en vigor, aún existe impunidad generalizada.
“Para las familias y amigos de los desaparecidos, cada día es una lucha por conocer la suerte y el paradero de sus seres queridos. La verdad y la justicia son esenciales”, declaró el alto comisionado para los Derechos Humanos, Volker Türk, quien desde Ginebra pidió a los países “que garanticen la protección, la rendición de cuentas, la transparencia y la reparación a todas las víctimas”.