Madrid. El presidente del gobierno vasco, el nacionalista moderado Iñigo Úrkullu, propuso un nuevo modelo de Estado en España, que tenga carácter “plurinacional”, que ponga fin a la estructura autonomista y fiscal que se heredó de la transición a democracia y de la Constitución de 1978.
La iniciativa del lehendakari Úrkullu es a raíz de los resultados de las elecciones generales del pasado 23 de julio, en el que a juicio del dirigente del Partido Nacionalista Vasco (PNV) se “ratificaron la diversidad y la pluralidad en el Estado”. El gobierno, a través del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, rechazó la propuesta.
En un artículo publicado en el diario español El País, Úrkullu decidió dar su opinión sobre el debate que está en el aire en las instituciones españoles desde los comicios pasados, en los que se puso en evidencia el auge de las formaciones periféricas de carácter independentista, que son las que finalmente determinarán el color y el modelo del gobierno para los próximos cuatro años.
En este magma de formaciones políticos, entre ellas las catalanas, vascas y gallegas, se proponen diversos modelos que van desde la construcción de modelo federativa que otorgue más autonomía a las regiones hasta la secesión total del Estado español para la construcción de un nuevo país, que en el caso de Cataluña sería en forma de República.
La importancia del artículo de Úrkulla es máxima, no sólo por su influencia en el PNV, que cuenta con cinco diputados en el Congreso de los Diputados que podrían ser determinantes, sino también porque marca su propia hoja de ruta frente a otros partidos similares, como EH-Bildu, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) o Junts per Catalunya (JxCat).
En el artículo, el mandatario vasco explica: “En el inicio de la legislatura, es oportuno volver a formular dos preguntas básicas que siguen vigentes: ¿por qué en un Estado sólo puede haber una nación? y ¿por qué el Estado español no puede ser plurinacional, como lo fue en la práctica hasta el siglo XVIII?”
Así que, advierte, “ahora se abre una nueva oportunidad y puede ser el momento de dar nuevos pasos”, al tiempo que recuerda que la voluntad del PNV “sigue siendo el acuerdo y el pacto”, para la que propone “la figura de la convención constitucional” para “tomar la iniciativa con un planteamiento novedoso y viable desde el punto de vista de su constitucionalidad, planteando un doble pacto.
Primero, firmar un acuerdo preliminar de bases para la convocatoria y desarrollo de una convención constitucional sobre el autogobierno, incluyendo principios como el cumplimiento íntegro de los marcos estatutarios, el reconocimiento de la plurinacionalidad del Estado, la bilateralidad, el sistema de garantías o la capacidad de decidir pactada.
Segundo, celebrar una convención constitucional en el plazo de un año para analizar el alcance actual y futuro de la disposición adicional primera de la Constitución, el autogobierno de las comunidades de raíz foral o, incluso, el autogobierno de las nacionalidades históricas”.
La propuesta de Úrkullu fue rechazada casi de forma inmediata por el ministro Bolaños, quien dijo que es “muy legítima” pero que “no siendo nuestra propuesta, todo lo que suponga aportaciones al debate creo que siempre es positivo: hacer un debate que sea constructivo, donde todo el mundo es consciente de que nos tenemos que entender entre diferentes”.
Desde ERC, la secretaria general, Marta Rovira, aseguró que “desde el concierto económico vasco, con unos trenes que deben funcionar y la protección de los fueros, se deben poder hacer propuestas de reflexión constitucional. Pero en Cataluña hay una mayoría social y política para ir más allá: amnistía, autodeterminación y progreso social”.