Brasilia. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lanzó este jueves el Plan Brasil Sin Hambre, con el objetivo de sacar de nuevo al país del mapa del hambre de las Naciones Unidas (ONU), así como reducir los índices de pobreza y la inseguridad alimentaria y nutricional.
"No hay nada más sagrado que una madre que reúne a su familia en torno a una mesa y puede servirles comida abundante todos los días, para que las personas puedan comer hasta llenarse, hasta decir que no quieren más", dijo el mandatario en un acto para presentar el plan en Teresina, capital del estado de Piauí (noreste).
De esta forma, "la gente ya no enfermará, tendrá mucha más salud, podrá trabajar y vivir más dignamente" y eso es lo que "Brasil Sin Hambre" quiere garantizar al pueblo, enfatizó.
Recordó que el país sudamericano, primera economía de América Latina, había salido del mapa del hambre en 2014, pero el abandono de políticas públicas, argumentó, hizo que retornara algunos años después.
El plan, aprobado por la Cámara Interministerial de Seguridad Alimentaria y Nutricional, que reúne a 24 ministerios, incluye 80 acciones y políticas públicas para alcanzar cerca de 100 metas, informó la estatal Agencia Brasil.
Según explicó Valéria Burity, secretaria extraordinaria de Lucha contra el Hambre del Ministerio de Desarrollo y Asistencia Social, Familia y Lucha contra el Hambre, el plan se divide en tres ejes centrales.
El primero reúne acciones para garantizar el acceso a la renta, además de promover la ciudadanía y el acceso a las políticas públicas de protección social.
El segundo recoge acciones que van desde la producción hasta el consumo de alimentos adecuados y saludables, y el tercero se refiere a la movilización de los demás poderes del Estado, de los demás entes federales y de la sociedad civil.
En 2014, Brasil salió del mapa del hambre de la ONU, pero volvió en los años siguientes, especialmente durante la pandemia del nuevo coronavirus, recogió la prensa estatal.
Los datos del informe global sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo, publicado por 5 agencias especializadas de la ONU, muestran que 1 de cada 10 brasileños (9,9 por ciento) sufría inseguridad alimentaria severa entre 2020 y 2022.
El 32,8 por ciento de la población del país sudamericano está incluida en las categorías de inseguridad alimentaria severa o moderada, lo que equivale a 70,3 millones de brasileños.
El ministro de Desarrollo y Asistencia Social, Familia y Combate al Hambre, Wellington Días, afirmó en una entrevista publicada hoy por el diario "Folha de Sao Paulo", que el objetivo de salir del mapa del hambre debe cumplirse en 2026.
Para lograrlo, explicó, el país deberá tener una tasa inferior al 2,5 por ciento de la población con escasez crónica de acceso a los alimentos en un período de tres años.