Cuidar y acompañar a su abuela, aquejada por la enfermedad del Alzheimer, llevó a la actriz queretana María José Delgado a escribir Blanco atardecer, monólogo que ella misma interpretará en la temporada que comienza el 2 de septiembre en el Foro Shakespeare.
“Justo fue en la época en que mi abuela estaba enferma cuando me pregunté quiénes más podrían estar pasando por una situación así. Son momentos de mucha soledad. Cuidar a una persona enferma te excluye del mundo por decisión propia y por necesidad del paciente. Por eso decidí investigar sobre el Alzheimer y la demencia senil dentro del asilo San Sebastián en Querétaro. La directora me dio acceso al lugar en plena pandemia. Tenía que entrar vestida como astronauta para cuidar a los abuelos y conocer de manera amplia estos trastornos del cerebro”.
Al ser detectadas, cada quien vive estas enfermedades de manera distinta. Para los fines de Blanco atardecer, Delgado buscó los “puntos de convergencia dentro de estas diferencias”. Para trasladar su investigación al escenario recibió la asesoría de la dramaturga Mariana Rescala. “En un cuaderno registré lo que pasaba día tras día. Así pude darme cuenta de lo que tenían en común los enfermos y lo que no, dónde se encontraba el anhelo, la desesperación y la tristeza”.
Con base en su experiencia, Delgado estableció los “momentos claves y cruciales en esta enfermedad”, es decir, la visita al doctor cuando fueron diagnosticados, la primera vez que se desconocen y el recuerdo más recurrente, por ejemplo, la infancia, los padres, los hermanos o los hijos. Estos puntos fueron entretejidos con la vida tanto de las personas mayores como de su propia abuela.
Experiencia compartida
Blanco atardecer es dirigida por Naolli Eguiarte, titular del Centro Dramático de Michoacán, de donde Delgado es egresada. El montaje tiene la particularidad de que muchas de las personas involucradas han pasado por una experiencia de pérdida. “La chica que me asesoró en dramaturgia perdió a su madre. Eguiarte fue criada por su abuela ya fallecida, igual que yo. Algunos tienen padres que son de la tercera edad. Se trató de encontrar un equipo de trabajo que conociera sobre la pérdida y los trastornos del cerebro para estar todos entonados.
“Todos tenemos abuelos o conocemos a un adulto mayor; sin embargo, vivir la experiencia de manera personal para poder compartirla era importante desde un principio.”
La escenografía evoca la habitación de una mujer de edad avanzada con objetos como su mesita de noche, sus retratos, su mecedora completa con una muñeca, sus santos y una Biblia. “Todo está pensado para que, al entrar al teatro, el espectador se encuentre con un lugar que le recuerde a alguien que ya no está”, señala Delgado.
Según la dramaturga, el monólogo, de 57 minutos y que ya cuenta con 51 representaciones, tiene varios mensajes, algunos descubiertos por el público. Si la intención de Delgado era hablar de la vida del cuidador, más que del enfermo, “el público me hizo dar cuenta de que los jóvenes han puesto más atención y se han acercado un poco más a las personas de la tercera edad, con el fin de ayudarlas, tal vez a cruzar la calle o a leerles algo; también empiezan a pensar en la vejez y en qué condiciones van a llegar. La idea es generar un poco de ruido y empatía al propio cuerpo o al cuerpo de otras personas”.
Blanco atardecer se presentará del 2 al 24 de septiembre en el Foro Shakespeare, Zamora 7, colonia Condesa. Las funciones serán los sábados a las 17:30 horas y los domingos a las 18 horas.