Madrid. El presidente del gobierno en funciones y líder socialista, Pedro Sánchez, se reunió con el Alberto Núñez Feijóo, candidato del derechista Partido Popular (PP) y quien tiene el encargo del Rey Felipe VI de intentar una sesión de investidura, en un encuentro que duró algo menos de una hora y en el que se puso de nuevo en evidencia el abismo que hay entre ambos. Más aún, que están rotos todos los puentes de diálogo y encuentro entre los dos principales partidos políticos españoles.
Núñez Feijóo citó a Sánchez para un encuentro en el marco de su ronda de contactos de cara a la sesión de investidura del próximo 26 de septiembre. La cita sucedió en el Congreso de los Diputados, sede de la soberanía nacional, para conocer de primera mano el estado de opinión de los dos principales partidos del país.
El líder de la derecha, quien fue el tomó la iniciativa de convocar a Sánchez en virtud de aspirante a la sesión de investidura, le planteó al actual mandatario un acuerdo que le permita gobernar a él y a su partido a lo largo de una legislatura que duraría dos años y en la que habría hasta seis pactos de Estado. El objetivo, según Núñez Feijóo, es evitar que el gobierno de España depende de las formaciones independentistas del País Vasco y Cataluña, que de fracasar su sesión de investidura serán las que condicionen el triunfo o el fracaso de una posible investidura de Sánchez.
Feijóo planteó a Sánchez la firma de seis pactos de Estado: de regeneración democrática; por el Estado de bienestar; por el saneamiento económico; por las familias; un pacto nacional del agua y un pacto territorial. El texto remarca, además, que ese eventual Gobierno presidido por él y apoyado por el PSOE rechazaría “las solicitudes de referéndum de independencia y de amnistía expresadas por los partidos independentistas”.
El líder del PP ha argumentado su propuesta políticamente en que “cualquier político” tiene “una obligación histórica” de “proteger al Estado” de las exigencias que está planteando el independentismo, que a su juicio “son inconstitucionales”, en referencia a la ley de amnistía y el referéndum de autodeterminación, que son dos de las condiciones irrenunciables que presentarán a Sánchez para apoyar su investidura.
El PP, con 137 diputados, fue el partido más votado en los comicios del pasado 23 de julio, pero ni con los apoyos de Vox, con 33 escaños, ni con los Unión del Pueblo Navarro (UPN) y Coalición Canaria (CC), uno cada uno, llega a la cifra exigida para la mayoría absoluta, es decir 176. Le faltan cuatro. Mientras que el PSOE, con 121 diputados, necesitaría del apoyo del resto de las fuerzas parlamentarias, es decir de Sumar (31), Esquerra Republicana de Catalunya (siete), EH-Bildu (seis), Partido Nacionalista Vasco (cinco), Junts per Catalunya (siete) y Bloque Nacionalista Galego (uno). En total sumarían 178 diputados, pero todavía están en el aire los apoyos de los partidos independentistas, sobre de JxCat, que exigen a cambio garantías comprobables de que el futuro gobierno español cumplirá con sus compromisos.
Después de la reunión entre Sánchez y Feijóo, el presidente del gobierno en funciones ni siquiera compareció ante la prensa y se dirigió a la sede de su partido para presidir una reunión de su Ejecutiva. Tras ella, la vocera del PSOE y ministra de Educación en funciones, Pilar Alegría, se mostró irónica sobre el encuentro con Feijóo: “El PP ha intentado convencernos para derogar el sanchismo, pero le faltó persuasión”.