Sao Paulo. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, declaró ayer que espera que el Congreso ayude a su gobierno a “proteger a los más pobres, no a los más ricos”, tras firmar una orden ejecutiva para gravar los fondos cerrados y extraterritoriales.
Las medidas, ahora pendientes de la aprobación en el Legislativo, se consideran esenciales para que el gobierno aumente los ingresos públicos y alcance su compromiso de déficit primario cero el próximo año, ya que compensan la pérdida de ingresos derivada de la ampliación de las exenciones del impuesto sobre la renta de las personas físicas.
“Aquí en Brasil quienes más pagan son los más pobres, porque el impuesto sobre la renta sólo se descuenta a quienes viven de un salario”, defendió Lula en su programa semanal Conversación con el presidente.
La medida sobre los denominados fondos de “superricos”, que en general son individuales, prevé “un cobro de 15 a 22.5 por ciento” sobre los rendimientos. Los parlamentarios cuentan con 120 días para la aprobación, de lo contrario, la norma perderá efecto.
“El cobro será realizado dos veces al año, a diferencia de lo que ocurre actualmente, en que el tributo es realizado sólo en capitales de rescate”, detalla el comunicado presentado por el gobierno.
Con esta medida, el gobierno espera recaudar alrededor de 4 mil 800 millones de dólares hasta 2026.
En tanto, el proyecto de ley de los fondos extraterritoriales propone una tributación anual con alícuotas progresivas de cero a 25 por ciento de los rendimientos del capital invertido en el exterior, precisó la presidencia en el comunicado. Actualmente este capital invertido fuera del país sólo es gravado cuando es rescatado y remitido a Brasil.
“Es lo que se necesita para tener una sociedad más democrática e igualitaria”, destacó Lula en su programa, citado por la prensa local, y agregó: “queremos crear una sociedad de clase media en la cual todos puedan tener un trabajo, estudio, acceso a la cultura, es decir, que la gente pueda vivir con más dignidad”.
Se espera que el líder progresista anuncie en breve cambios a su gabinete con el fin de garantizar un mayor apoyo a su gobierno en el Congreso, nombrando ministros a algunos miembros de partidos centristas y de centroderecha.
La creación de un nuevo ministerio se ha planteado como una forma de diversificar su equipo sin hacer grandes cambios en el actual gabinete, y el presidente declaró ayer que ahora está considerando la creación de un ministerio de la pequeña y mediana empresa.
En otros temas, el presidente brasileño afirmó que quiere discutir con su par estadunidense, Joe Biden, la posibilidad de introducir cambios en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Lula, quien desde hace tiempo hace campaña para que Brasil y otros países sean incluidos de forma permanente en este consejo, tiene previsto reunirse con Biden al margen de la Asamblea General de la ONU el mes que viene en Nueva York.
La semana pasada, durante una cumbre del grupo de países emergentes BRICS en Sudáfrica, el líder izquierdista pidió a China y Rusia, miembros de este bloque, que apoyen la entrada de más países en el consejo como miembros permanentes.
Lula afirma que el máximo órgano de la ONU debe reflejar las condiciones geopolíticas mundiales actuales, en lugar de las de la década de los años 40, y sugiere que países como Brasil, India, Alemania, Japón y Sudáfrica se conviertan en miembros permanentes.
Añadió en una retransmisión en directo en las redes sociales que los miembros del BRICS acordaron discutir hasta su cumbre del próximo año la posibilidad de establecer una moneda común para el comercio entre ellos.