Madrid. La Fiscalía de la Audiencia Nacional decidió abrir “diligencias preprocesales” de investigación para determinar si el presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), Luis Rubiales, cometió un delito de “agresión sexual” luego de la conquista del Mundial Femenil el pasado 20 de agosto, cuando forzó a la seleccionada Jennifer Hermoso a darle un beso en la boca.

El proceso judicial supone la primera acción de carácter penal contra Rubiales, quien, de ser hallado culpable, podría ser sancionado con penas de entre uno y cuatro años de cárcel.

A petición de la Fiscalía General del Estado, los fiscales de la Audiencia Nacional presentaron las pruebas y el alegato correspondientes debido a las declaraciones realizadas por Hermoso, quien dijo sentirse “vulnerada y agredida” en su intimidad.

La primera diligencia será comunicarse de manera directa con la jugadora del Pachuca, para darle la posibilidad de que, en un plazo de 15 días, se ponga en contacto con la Fiscalía y sea informada de sus derechos como víctima de un presunto delito de agresión sexual y si desea formalizar una denuncia expresa. Y, por tanto, hacer una declaración jurada en la que fije con nitidez la secuencia de los hechos y detalles de la presunta agresión.

En otro punto de Madrid, decenas de feministas se concentraron en apoyo a la seleccionada española al grito de “Jenni, hermana, aquí está tu manada”, “no es un pico, es una agresión” y con lienzos de color morado pidieron “un deporte libre de violencias machistas”.

Convocada por la Comisión 8M del movimiento, la protesta contó con representantes políticascomo la ministra de Igualdad, Irene Montero, y la ministra de Educación y Formación, Pilar Alegría.

“Igualdad, no venganza”, “por un deporte feminista”, “contigo Jenni, no estás sola”, “sin consentimiento es agresión" y “#SeAcabó” fueron algunas de las frases que pudieron leerse en los carteles de algunas de las manifestantes.

Mientras tanto, en el pueblo granadino de Motril, la madre de Luis Rubiales, Ángeles Béjar, decidió encerrarse en una iglesia e iniciar una huelga de hambre en protesta por “el linchamiento” que está sufriendo su familia y para “exigir a Hermoso” que cuente “la verdad”.

Además, defendió la honorabilidad de su hijo, pues, aseguró, es “incapaz de hacer daño a nadie, mucho menos a una mujer”.

En medio de esta situación, la RFEF celebró una reunión extraordinaria con las federaciones locales para buscar una salida a la crisis, entre las que podría incluirla presentación de una moción de censura a Rubiales, lo que le apartaría definitivamente del cargo.

Los federativos formularon el pedido en un comunicado conjunto, en el que solicitan a Rubiales que presente su dimisión como presidente de la misma.

“Después de los últimos acontecimientos y los inaceptables comportamientos que han dañado con gravedad la imagen del futbol español, los presidentes solicitan que, de manera inmediata, Luis Rubiales presente su dimisión como presidente de la Real Federación Española de Futbol”, indicaron en el comunicado.

También, instaron al presidente interino Pedro Rocha a que lidere una nueva etapa donde el diálogo y la reconciliación con todas las instituciones deportivas, incluida la Unión Europea de Futbol Asociación (UEFA), sea la línea a seguir.

Esa solicitud fue interpretada como un intento de silenciar a algunos de los detractores de Rubiales, entre ellos ministros del gobierno que han pedido su cese, ya que una suspensión conllevaría a un veto de los clubes españoles en la Liga de Campeones y podría generar un giro en la opinión pública para que permanezca al frente de la federación española.

Durante el partido entre el Atlético de Madrid y el Rayo Vallecano, en el que los colchoneros golearon 7-0, miles de personas que se dieron cita en el estadio de Vallecas mostraron su apoyo a Hermoso y pidieron a gritos la salida definitiva del directivo español.