Con el regreso a las aulas de unos 24.4 millones de alumnos de educación básica en 228 mil 804 planteles públicos y privados en todo el país hoy se inicia el ciclo escolar 2023-2024. Trabajarán con un nuevo plan y programa de estudios y una renovada familia de libros de texto gratuitos, que plantean el abandono de las tradicionales asignaturas para incorporar los llamados campos formativos.
GALERÍA: Regresan a clases más de 24 millones de alumnos con nuevos libros de texto.
Cambiará el trabajo individual en el aula por la construcción de proyectos en colectivo y habrá una evaluación menos cuantitativa y más integral, entre otras modificaciones.
En medio de la controversia generada por el proyecto de la Nueva Escuela Mexicana (NEM), especialistas, investigadores, directores y maestros coinciden en que se trata de una apuesta por transformar de fondo el sistema educativo nacional, recuperando experiencias, de forma destacada, de maestros disidentes de Oaxaca, Chiapas, Michoacán y Guerrero, pero que llega en una coyuntura político-electoral compleja, la cual genera ruido, y sin un acompañamiento pedagógico para los docentes.
Sin embargo, explica a La Jornada Teresita Garduño, pedagoga y directora de la Escuela Activa Paidós, “volvemos hoy a una escuela con maestros que han reflexionado mucho sobre la educación, con preocupaciones, porque no todo está claro, pero con una ponderación sobre lo mucho que podemos cambiar en las escuelas”.
Los profesores, añade, han analizado “cómo tener un aprendizaje más aterrizado en lo cotidiano y en la realidad escolar de las familias. Ha sido necesario que reflexionen sobre cómo podrán articular los conocimientos. Esto implica poner en juego sus saberes y experiencia, porque no todo está resuelto”.
Vuelven 4.1 millones de alumnos de prescolar en 87 mil 38 planteles, donde laboran 227 mil maestros; también, 13.4 millones de estudiantes que cursan primaria en 95 mil 855 escuelas, atendidos por 567 mil 929 profesores. Con ellos, se reincorporan 6.3 millones de adolescentes que cursan secundaria en 40 mil 963 centros escolares de todo el país, donde trabajan poco más de 405 mil educadores.
Respuesta disímbola
En un sistema educativo con una enorme diversidad de escuelas, contextos sociales y económicos, Óscar Cortés, profesor-investigador de la Benemérita Escuela Nacional de Maestros (BENM), apunta que “muchos centros escolares están generando sus propias respuestas para ir creando esta comunidad, esta recuperación de colectivo, que es uno de los ejes de la propuesta de transformación”.
No obstante, reconoce que este esfuerzo “sale de los propios maestros, de lo que están logrando generar en sus espacios de intercambio común. Claro que hay miedos, incertidumbres de si lo podrán lograr o no, pero son ellos quienes están construyendo estas soluciones desde su experiencia y conocimiento”.
El desafío, alerta Juan Manuel Rendón, ex director y profesor de la BENM, “está en los planteles, donde la práctica pedagógica no ha sido el trabajo por proyectos y en los que, por una larga tradición, seguirán imponiendo al maestro ir a cursos o que adquiera libros de editoriales privadas, porque los nuevos libros de texto no abordan temas como la lectoescritura desde el código de las letras y las sílabas”.
Ante la puesta en marcha de la NEM, considera, “hay una respuesta disímbola, que debería generar un debate dentro de las escuelas normales públicas sobre la posibilidad de que sean estas instituciones las que ofrezcan ese acompañamiento que demandan los docentes”. En el nuevo enfoque hay “decenas de proyectos y actividades en los que se pueden perder”.
Luis Humberto Fernández Fuentes, titular de la Autoridad Educativa Federal en la Ciudad de México, destaca que la NEM “implica una adaptación en todos los niveles. Desde la guía operativa que rige la vida de las escuelas hasta la práctica pedagógica del salón”, lo que también incluye, reconoce, trabajar con los nuevos libros de texto.
Sin cheque en blanco
De los materiales educativos, asegura, “no queremos que nos den las comunidades escolares y los padres de familia un cheque en blanco. Queremos que los revisen, los analicen y se den cuenta de que no se trata de darle al maestro una guía paso a paso de lo que tiene que hacer, sino construir junto con sus alumnos cuál es la mejor forma de acercarse al conocimiento”.
No se trata, afirma, de “una reforma administrativa, sino de un cambio de la visión de la educación y sus fines. Ya no podemos pensar en una formación aislada, limitada a la relación docente-alumno; queremos una educación con una visión integral, con prácticas más democráticas e incluyentes”.
Es precisamente en la construcción de proyectos educativos colectivos donde se enfrentan mayores desafíos, estima el profesor Francisco Bravo, director de la primaria Leonardo Bravo, con más de 38 años de experiencia docente. El regreso a clases ocurre “entre la incertidumbre, por las dudas que aún genera” la NEM, “pero también con una enorme expectativa de los maestros por hacer cosas diferentes”.
Acepta que transformar las prácticas docentes, que por años se han impuesto en las escuelas, “no es una tarea fácil”, en particular cuando hay múltiples cambios que el profesor debe echar a andar con sus alumnos y padres de familia.
Por ello, reitera que “sin una verdadera apropiación de la nueva propuesta educativa por parte del magisterio, se corre el riesgo de caer en la simulación”.
Pedro Hernández, director de la primaria Centauro del Norte y dirigente del magisterio disidente en la Ciudad de México, resalta que mucho de lo propuesto en la NEM “lo hemos trabajado, como la pedagogía crítica, la escuela activa, el trabajo por proyectos”.
Sin embargo, enfatiza que la Secretaría de Educación Pública “debería admitir que, pese a estas experiencias, aún falta mucho por hacer. Este nuevo modelo educativo representa un desafío muy grande que demanda mayores apoyos y acompañamiento en el trabajo docente”.
Enrique Enríquez, director de la primaria Japón, con más de 300 alumnos, asegura que habrá escuelas con una práctica “autoritaria y vertical” que rechacen o busquen no aplicar el nuevo modelo que, con todas sus deficiencias, “nos abre un camino para construir otra forma de trabajar con los alumnos y sus familias”.
La diferencia, subraya, “no es el plan de estudios o el libro de texto gratuito, sino que el maestro logre pasar de una visión individualista de la educación a la construcción de algo colectivo. Lograrlo permitiría avanzar hacia una verdadera transformación educativa. Ese es el verdadero desafío que tenemos en las escuelas”.