Buenos Aires. El gobierno del presidente argentino, Alberto Fernández, anunció ayer una serie de proyectos sociales en beneficio de trabajadores y jubilados para paliar los efectos que tuvo en sus bolsillos la devaluación del peso de hace dos semanas y el consecuente aumento de precios, pocas semanas después de las elecciones primarias presidenciales en las que el oficialismo salió muy castigado.
Los jubilados, que se estiman en 7 millones, recibirán en septiembre, octubre y noviembre un incremento de 37 mil pesos argentinos (105 dólares aproximadamente) llevando la pensión mínima a 124 mil (354 dólares), detalló el ministro de Economía, Sergio Massa.
Además, si compran con tarjeta se les devolverá un monto de reintegro del IVA hasta de 18 mil (51 dólares) y se les ofrecerá créditos a tasas preferenciales. El objetivo es “seguir cuidando a nuestros jubilados” que, según afirmó Massa, también reciben medicamentos gratis.
Se ofrecerán 400 mil millones de pesos en créditos para trabajadores y un alivio fiscal por seis meses para empleados independientes, explicó Massa en diversos videos publicados en redes sociales.
“El objetivo central es que cada uno de los sectores de la economía tenga el apoyo del Estado”, subrayó el ministro.
Dentro de este paquete se incluye la eliminación de impuestos a la exportación para las economías regionales con valor agregado, como vino, arroz y tabaco, y el financiamiento de fertilizantes para los productores que fueron declarados en emergencia por una histórica sequía que sufrió el país.
A su vez, Fernández destacó que el programa de ayuda fue pensado y puesto en marcha para que “el ingreso de los más vulnerables no se vea afectado”.
Las medidas se dan a conocer dos semanas después del impacto que generó en el país el resultado de las elecciones primarias, que dejaron con amplias oportunidades de ganar la presidencia al ultraliberal Javier Milei, y de la decisión del gobierno de devaluar casi 20 por ciento el peso, lo que aceleró una inflación anual que ya era de 115 por ciento y acentuó las dificultades en un país en el que la pobreza afecta a 40 por ciento de la población
Milei, quien se impuso el pasado 13 de agosto en las eleccciones primarias e irrumpió en la política hace dos años cuestionando los “privilegios” de la clase política tradicional, aglutina el voto de los descontentos con la situación social. Tendrá como principales contendientes al ministro de Massa, por el oficialismo, y a la ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de la fuerza opositora Juntos por el Cambio.
Massa destacó que las medidas van destinadas a “cuidar a las familias argentinas”, pues incluyen beneficios para jubilados, pymes, trabajadores independientes, asalariados, sector agrario y grupos que dependen de programas de apoyo del Estado, indicó.
Destacó que se reforzará la Tarjeta Alimentaria para las madres, la cual irá aumentando los recursos en función del número de los hijos.
Financiamiento a fertilizantes
En el sector agrario se financiarán los fertilizantes para los productores que se encuentren en sectores declarados en “emergencia” por la sequía y se apoyará el proceso de siembra
Además, el ministro garantizó que se destinarán 770 millones de dólares de prefinanciación de exportaciones con el objetivo “de que las empresas que venden trabajo argentino al mundo tengan todas las herramientas para seguir aumentando el volumen y acumulando reservas”, concluyó Massa, cuya cuenta de Instagram seguía publicando medidas a lo largo de la jornada del domingo.
Este paquete de medidas se presenta luego de que varios supermercados y comercios de distintas localidades fueron blanco de saqueos en los últimos días en Argentina. La situación provocó que muchos negocios cerraran sus persianas por temor a más asaltos grupales.
Massa ha dicho que la devaluación fue producto de un pedido del Fondo Monetario Internacional (FMI) en el contexto de la renegociación de un acuerdo de 44 mil millones de dólares por un adeudo que tiene el país desde 2018.
El viernes, el FMI dijo que espera que la economía argentina se contraiga 2.5 por ciento este año y que la tasa de inflación se acelere a 120 por ciento, por debajo de 140 por ciento que estiman analistas privados.