En imagen tomada de video, los legisladores sudcoreanos Kang Eun-mi, Woo Wonshik y Yang Jung-suk sostienen carteles en los que exigen frenar la descarga de aguas residuales de la central nuclear de Fukushima al océano, durante una protesta en Iwaki, en la prefectura de Fukushima, ayer. En tanto, el gobierno de Japón exigió a China defender la seguridad de los japoneses y de sus misiones diplomáticas en el gigante asiático. “Desde que el pasado día 24 comenzó el vertido de agua tratada, se han reportado numerosos casos de denuncias relacionadas con llamadas telefónicas con quejas e insultos, supuestamente procedentes de China”, declaró la cancillería de Tokio. Los vertidos se prolongarán por unos 30 años y el Organismo Internacional de Energía Atómica ha asegurado que el líquido no es peligroso. El ministerio chino del Exterior dijo que Japón se comporta de manera “egoísta e irresponsable”.