Con la entrega de 14 permisos para obras menores está por concluirse el desarrollo inmobiliario de Oaxaca 33, en la colonia Roma, que albergará 19 departamentos con un costo de entre 3.5 y 7 millones de pesos.
Se trata de una obra “superilegal, que nos da miedo se venga abajo ante un sismo, porque se quitaron muros de carga y se apoyó en la edificación colindante”, denunció Mario Alberto Rodríguez, presidente de la Fundación Roma.
La omisión de la alcaldía Cuauhtémoc de revisar este proyecto, afirmó, “demuestra que te puedes echar una obra ilegal durante casi 10 años y después regularizarla al presentarla como obra ejecutada, sin considerar los riesgos que enfrentarán sus propietarios”.
Desde 2014, cuando el edificio contaba con cuatro pisos y en la planta baja operaba una funeraria, comenzaron a solicitarse permisos para “obras menores” con base en el artículo 62 del Reglamento de Construcciones, recordó.
Su autorización por la entonces delegación implicó que no se contara con un director responsable de obra (DRO) ni con un corresponsable de seguridad estructural, y que la construcción de pisos extras se realizara sin una verificación exhaustiva.
Pese a que las obras estuvieron suspendidas de 2015 a 2018, la alcaldía “siguió otorgando permisos para obras menores, que a la fecha suman un total de 14, e iniciara el año pasado la preventa de los departamentos en redes sociales”, señaló.
El Instituto de Verificación Administrativa clausuró el proyecto, pero se ampararon y las obras continúan en sus siete niveles, a fin de concluir en diciembre de este año, cuando estarán listos los departamentos de 54.86 y 64.49 metros cuadrados.
De acuerdo con el proyecto de Rakennus Renovación Urbana, los 19 departamentos exclusivos se ubican en “una de las zonas con mayor plusvalía de la Ciudad de México, a unos minutos de Chapultepec, Polanco y zonas comerciales; perfecto para invertir”.
Los compradores, sin embargo, desconocen que “no hubo ningún DRO que verificara el proceso constructivo y el material utilizado, porque el desarrollador estuvo solicitando durante casi una década permisos para obras menores, como pintar, quitar puertas o limpiar paredes”.
Ello permitió “demoler, quitar muros de carga, amarrarse al muro de carga y rebasar los 300 metros cuadrados de construcción autorizados, lo que llevaría a demoler dos o tres departamentos, metiendo a los compradores en una gran bronca”, aseguró.
No obstante, comentó, se presentará como obra ejecutada y con ello tendrán su terminación por la alcaldía Cuauhtémoc, que “nunca se dio cuenta de que en lugar de obras menores fueron mayores y le siguió otorgando los permisos para que se terminara el proyecto, pese a las denuncias que interpusimos”.