Ante miles de simpatizantes, que ayer colmaron el Monumento a la Revolución, Claudia Sheinbaum concluyó sus asambleas informativas en la Ciudad de México como aspirante a coordinar los comités de defensa de la Cuarta Transformación, convencida de que “a este movimiento no lo para nadie”, y presentó un decálogo de ideas para la continuidad, lo que llamó el “segundo piso de la transformación”.
La víspera de que concluyan los recorridos de los aspirantes del proceso interno de Morena, reiteró su llamado a la unidad. “Pongamos el bienestar del pueblo y de la nación por encima de cualquier interés personal”, convocó a sus cinco compañeros en la contienda.
Para evitar ser sancionada por el Instituto Nacional Electoral, Sheinbaum precisó que sus planteamientos, que tienen como base el esquema de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, no son propuestas, sino “apuntes de visión estratégica que no son exhaustivos”, que derivan de “ideas, anhelos y enseñanzas”.
Apuntes de visión estratégica
Dichos apuntes son economía moral y disciplina financiera y fiscal, para que la economía esté fuerte y las finanzas sanas, con austeridad republicana, erradicación de la pobreza y respeto a la autonomía del Banco de México, así como impedir y sancionar la evasión fiscal.
También consolidar y ampliar las inversiones estratégicas que promueven el desarrollo regional en ferrocarriles, puertos, aeropuertos, aduanas, que incluso potencien la inversión extranjera directa por la relocalización de empresas.
Asimismo, garantizar y fortalecer los programas sociales y los derechos a educación –con respaldo a los nuevos libros de texto gratuitos–, salud y acceso a la vivienda, así como justicia para los pueblos indígenas.
Igualmente, aprovechar la posición estratégica de México con el tratado comercial con América del Norte y la buena relación con los países del mundo para impulsar y atraer inversiones, generando empleos y salarios dignos.
Citó también el desarrollo científico y tecnológico que promueva innovación, así como apoyo a las ciencias sociales, las humanidades y las artes; acelerar la transición energética hacia fuentes renovables, garantizando la soberanía para el desarrollo; asegurar el derecho al agua; seguir promoviendo soberanía alimentaria, y paz y seguridad, que son fruto de la justicia.
“¡Presidenta, presidenta!, ya ganó la transformación!”, se escuchó en el mismo lugar donde hace 73 días se despidió como jefa de Gobierno de la Ciudad de México para participar en la contienda interna de Morena.
Insistió en que la oposición “representa los fraudes electorales” y la unidad “del Prian se terminó de integrar como un bloque muy conservador, abiertamente opuesto al gobierno de la Cuarta Transformación”, con un pensamiento “discriminatorio, autoritario, de exacerbado individualismo, racismo y clasismo”. Pero en 2023, resaltó, “tenemos el gobierno de México, 23 gubernaturas, mayoría en las cámaras y tenemos un plan C”.
En esta asamblea, denominada De Fiesta con Claudia –antes de la conclusión hoy de sus recorridos en el velódromo de Xalapa, Veracruz–, manifestó que se vive un momento extraordinario, “porque hemos conquistado corazones y revolucionado conciencias, para que nunca más se instaure el viejo modelo”.