Un mal resultado en un partido de futbol puede ser para algunos equipos algo llevadero. En el América la dimensión es otra. Sus problemas no se reducen a la hostilidad que implica igualar ante rivales como el León (1-1), porque el ruido del estadio Azteca, más la gente que palpita la idea de un campeonato de Liga desde hace cinco años, progresan de manera constante hasta exigirle un esfuerzo extra.
Como en otros partidos en casa, el nivel de juego de las Águilas no alcanzó para estar a la altura de su historia y sus valores. Ataques leves y sin inquietud, ante unos Esmeraldas que inquietaron más de una vez al portero Luis Malagón, distanciaron al técnico André Jardine de los gestos nobles de sus aficionados. Tan pronto terminó el primer tiempo, los silbidos fueron templando un sentimiento de inconformidad y decepción sin que nada pudiera cambiarlo.
Hasta antes de cerrar su ciclo con el Atlas, el área del equipo rival era una zona referencial para el colombiano Julián Quiñones. Su territorio preferido en los torneos en que logró el bicampeonato. Ahora, en cambio, ese lugar no es más que una cita infrecuente donde apenas le alcanza para cobrar penales. Después de que Federico Viñas adelantara a los Panzas Verdes al minuto 58, Quiñones logró desde allí el empate en los cartones (65).
A partir de entonces el juego entró en una segunda etapa. Álvaro Fidalgo y Brian Rodríguez, dos de los elementos más desequilibrantes del América en el comienzo, acumularon una carga de presión hacia sus compañeros luego de desaprovechar dos claros ataques frente a la portería de Rodolfo Cota. Así como ellos, el equipo de Nicolás Larcamón tuvo poca fortuna en remates de larga distancia que Fidel Ambriz y Stiven Barreiro enviaron como misiles contra Malagón.
Pero si alguien estuvo cerca de inclinar la balanza fue José Alfonso Alvarado, quien con una media vuelta estrelló la pelota en el travesaño y detuvo por un momento la respiración de los seguidores locales. El andar inquieto de Jardine, de un lado a otro sobre su zona técnica, era tal vez la señal más precisa del nerviosismo que se vivía en el campo. Mucha más preocupación causó la lesión de Alejandro Zendejas, quien salió desconsolado luego de presentar una fuerte molestia en el muslo.
Desdibujado, el América encontró una última señal de esperanza en el tiempo agregado, en una serie de rebotes que terminó con el portero Cota en el césped, mientras la pelota cruzaba la línea de gol. Sin embargo, la jugada terminó invalidada por un presunto fuera de lugar. Producto de la desesperación, el lateral Kevin Álvarez fue expulsado tras una patada a destiempo.
En el estadio Jalisco, Atlas y Toluca desperdiciaron la oportunidad de sumar puntos al empatar 0-0, a pesar de que ambos equipos tuvieron posibilidades de anotar.
De esta manera, tanto los Zorros como los escarlatas llegaron a seis puntos y se ubicaron en la séptima y novena posición, respectivamente, de la clasificación general.
En este encuentro se aplicó el protocolo de conmoción cerebral por un choque de cabezas entre el rojinegro Augusto Solari y Valber Huerta, del Toluca, quien tuvo que salir de la cancha al minuto 31 y fue llevado a un hospital para ser revisado. En su lugar ingresó Adrián Mora.