A horas de que empiece el ciclo escolar 2023-2024, miles de personas colmaron la calle Mesones en el Centro Histórico –que pasado el mediodía era prácticamente intransitable– para surtir de última hora las listas de útiles escolares con precios más bajos que en papelerías de barrio y tiendas de autoservicio y donde el comercio informal se puso al día para aceptar pagos con tarjetas bancarias, escaneo de códigos QR, transferencias y cobro con la tarjeta del programa Beca del Bienestar para niñas y niños Mi beca para Empezar.
Con esta última Ilse Salgado hizo efectiva su compra por 250 pesos de pegamento, paquetes de plumas, lápices, marcatextos y plumones. Le depositaron mil pesos del programa de útiles y uniformes escolares con los que compró zapatos a su hija que comenzará mañana el quinto grado.
Estimó que para completar la lista pondrá de su bolsa otros mil pesos. Proveniente de Iztacalco, llegó temprano a hacer sus compras hasta ayer porque la lista apenas se la dieron la semana pasada.
También en un comercio en vía pública, Martín Díaz –quien vino desde Morelos para atender asuntos de su negocio– aprovechó para surtir la lista de útiles de sus dos sobrinos que comenzarán el segundo año de primaria, “es más barato que allá en los municipios”.
Con una docena de cuadernos de pasta dura, plumas, lápices, plumones para pizarrón, gomas y sacapuntas, entre otros, su cuenta acumuló mil 225 pesos que pagó en efectivo. Casi completó la lista que consultaba en su teléfono, le faltaron marcatextos que rechazo porque le pareció caro a 20 pesos cada uno. Va, dijo, por el gasto que estimo de unos 700 pesos por niño.
Mientras la calle bullía de gente que transitaba de un puesto a otro entre empujones, mochilazos, el grito de “¡va el golpe!” de los carretilleros y claxonazos de motonetas que difícilmente se abrían paso, comercios establecidos lucían semivacíos ante la difícil competencia de afuera que ofrecía cinco cuadernos por 100 pesos, mochilas de 250 a 350, juego de geometría a 60 pesos, de a 10 un lápiz adhesivo, un marcador de cera o dos gomas o tijera punto roma a 25 pesos.
Carmen, una de las cinco empleadas de uno de esos establecimientos, dijo que “los ambulantes acaparan la mayoría de las compras, dan más barato pero venden mucha piratería”, no pueden competir, por ejemplo, con un adhesivo de 10 pesos, con el que ellos ofrecen a 25.
Entre la pandemia y el comercio informal, cuenta que algunos negocios comienzan a cerrar, como Grupo Papelero Zigma, que hasta el año pasado tenía una sucursal en Mesones y Correo Mayor y hoy es una tienda de bisutería.
Gilberto, comerciante de vía pública, alega en su defensa que en realidad “es mucha la competencia y poca la ganancia”, no todos pueden invertir 7 mil pesos para cobrar con tarjeta, “los verdaderos ganones son los grandes chingones, Walmart y esas tiendas”.