La Haya. La cervecera holandesa Heineken completó su retirada de Rusia, al vender su negocio en ese país por sólo un euro, anunció la compañía el pasado viernes —18 meses después que Moscú lanzó su invasión a gran escala contra Ucrania.
Heineken indicó que sufrirá una pérdida total de 300 millones de euros (325 millones de dólares) por la venta al gigante manufacturero ruso Arnest Group.
Heineken había enfrentado críticas por el lento ritmo de su salida tras el estallido de la guerra, pero insistió en que buscaba cuidar de sus empleados locales en Rusia.
En marzo del año pasado, Heineken había anunciado que saldría de Rusia porque su negocio allí “ya no era sostenible ni viable en el entorno actual”, pero añadió que quería garantizar una “transferencia ordenada” a un nuevo propietario.
“Aunque tomó mucho más tiempo de lo que esperábamos, esta transacción asegura el sustento de nuestros empleados y nos permite salir del país de manera responsable”, dijo el director ejecutivo de Heineken, Dolf van den Brink, en un comunicado.
La venta incluye todos los activos de Heineken en Rusia, entre ellos siete cervecerías. La empresa afirmó que Arnest ha garantizado el empleo para los mil 800 trabajadores locales de Heineken durante tres años.
La cerveza Heineken fue retirada del mercado ruso el año pasado. Una de sus otras marcas importantes, Amstel, se eliminará progresivamente dentro de seis meses, detalló la compañía.