Madrid. Mientras en este país ibérico claman contra Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Futbol (RFEF), las seleccionadas campeonas del mundo exigen que las conductas que han atentado contra su dignidad se castiguen con mano dura para construir un deporte mucho más justo. Las excusas no sirven en absoluto. En un texto firmado por 81 jugadoras, algunas ya retiradas y muchas otras –como Jennifer Hermoso– participantes de la final frente a Inglaterra, el equipo femenil de La Roja anunció que no asistirá a nuevas convocatorias si continúan los actuales dirigentes.
“Desde nuestro sindicato queremos remarcar que ninguna mujer debe verse en la necesidad de contestar ante las contundentes imágenes que todo el mundo ha visto. Las jugadoras que firman el presente escrito esperan respuestas contundentes de los poderes públicos”, se lee en el texto emitido por FutPro, asociación formada por futbolistas en España, cuyo objetivo es defender sus derechos laborales.
Dentro del mismo mensaje –que incluye a las 15 seleccionadas que renunciaron en septiembre al combinado nacional por problemas con el técnico Jorge Vilda–, Hermoso desmintió que hubiera consentido el beso de Rubiales, quien lo calificó de “espontáneo, mutuo, eufórico y consentido” y rechazara dimitir de su cargo por esta acción en una asamblea extraordinaria de la RFEF, realizada unas horas antes.
“Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte”, aseguró la internacional del Pachuca, denunciando a su vez “una continua presión para salir al paso con alguna declaración” y así justificar el acto del directivo español. “No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho. A través de diferentes personas, la RFEF ha presionado a mi entorno (familia, amigos y compañeras) para que diera un testimonio que poco o nada tenía que ver con mis sensaciones”.
Presidente de la RFEF desde 2018, Rubiales llegó ayer a la sede del organismo en la ciudad de Las Rozas, a unos 25 kilómetros de Madrid, para lo que decenas de medios locales anticipaban como un hecho inminente: su dimisión. Pero algo pasó durante la noche anterior y parte de la mañana, porque, al llegar su turno y tomar la palabra, el directivo se mostró en todo momento retador, sintiéndose víctima de una supuesta “cacería” impulsada desde el “falso feminismo”, “los medios de comunicación” y el presidente de la Liga, Javier Tebas.
“¡No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir…!”, exclamó en su discurso mientras decenas de presentes, entre ellos el técnico Vilda, le respondieron con aplausos. Incluso, el hombre de 46 años anticipó querellas por difamación y vulneración de su honor tras las palabras vertidas de parte de algunos miembros del gobierno, como la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero.
“¿Un pico consentido es para sacarme de aquí?”, se preguntó durante el cónclave. “Estas personas están tratando de asesinarme públicamente, me voy a defender. Hemos sido una familia durante más de un mes y tuvimos momentos cariñosos. (En el beso) casi nos caemos y, al dejarme en el suelo, nos abrazamos. (Jennifer) me subió en brazos y me acercó a su cuerpo y le dije: ‘olvídate del penal’. Ella me contestó: ‘eres un crack’. Entonces le pregunté: ‘¿un piquito?’ y ella dijo ‘vale’. Esa es la secuencia de todo.”
Ante el proceder del máximo federativo, el titular de la Federación Navarra de Futbol, Rafael del Amo, renunció como cabe del Comité Nacional de Futbol Femenino de la RFEF. Y, así como él, distintos directivos de federaciones territoriales entregaron sus cargos. Al mismo tiempo el gobierno español, encabezado por el socialista Pedro Sánchez, anunció junto con la Fiscalía General del Estado que acudirán a los tribunales para forzar la inhabilitación y abrir diligencias por un presunto delito de agresión sexual.
Las imágenes del pasado 20 de agosto, cuando España derrotó en la final del Mundial a Inglaterra y se proclamó por primera vez campeona del mundo, siguen repitiéndose por todo el planeta.
Respecto a sus gestos en el palco agarrándose los genitales, a pocos metros de la reina Letizia, el directivo argumentó: “Quiero pedir perdón sin paliativos de ninguna clase por un hecho que ocurrió en el palco, cuando en un momento de euforia me agarré esa parte del cuerpo que ya han visto… Me emocioné muchísimo hasta el punto de perder el control”.
Casi de forma simultánea a la comparecencia en la RFEF, el presidente del Consejo Superior de Deportes, Víctor Francos, informó que se iniciarán acciones contra Rubiales ante el Tribunal Administrativo del Deporte por una “falta muy grave”, con el objetivo de inhabilitarlo de forma permanente. Clubes de la Liga varonil como el Sevilla, Español, Barcelona y Valencia alzaron la voz y pidieron la separación del cargo.