Moscú. Mientras las autoridades, aplicando el protocolo diseñado para estos casos, se resisten a confirmar de modo oficial la muerte del magnate caído en desgracia y jefe de los mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, y de sus acompañantes hasta que se lleven a cabo los peritajes de ADN de los cuerpos carbonizados, el titular del Kremlin, Vladimir Putin, presentó ayer sus condolencias “a los familiares de todos los fallecidos” tras estrellarse antier el jet en el que viajaban de Moscú a San Petersburgo por causas aún no reveladas.
En su aparición pública, el presidente ruso afirmó: “Quiero expresar mi más sincero pésame a los familiares de todos los fallecidos en esta catástrofe aérea. Esto siempre es una tragedia. Y en efecto, si es cierto, como indican los primeros datos que se encontraban a bordo funcionarios de la compañía Wagner, quiero destacar que estas personas hicieron un aporte significativo a nuestra causa común que es la lucha contra el régimen neonazi de Ucrania. Lo tenemos presente y nunca lo olvidaremos”.
Después, habló de quien durante tres décadas gozó de su protección y se benefició de contratos multimillonarios hasta su ruptura, al producirse el fallido motín de los Wagner en junio pasado: “Conocí a Prigozhin hace muchos años, a comienzos de los 90. Era una persona de destino difícil, cometió errores graves en su vida y también era capaz de alcanzar los resultados necesarios, para sí y cuando yo se lo pedía para la causa común, como estos meses recientes. Era una persona con talento, un empresario con talento”.
Putin se refirió a los éxitos de Prigozhin en Rusia y en otros países, en África, recientemente, donde tenía negocios en sectores como el petróleo, el gas, la metalurgia o la minería.
“Apenas ayer, según me han dicho, regresó de África, se reunió con algunos funcionarios del gobierno”, agregó el mandatario y prometió: “Se está llevando a cabo una investigación exhaustiva y se llegará hasta el final. Nadie debe dudarlo. Veremos qué nos dirán los investigadores dentro de poco, ahora están realizando peritajes técnicos y genéticos, que requieren un cierto tiempo”.
Los noticiarios matutinos de la televisión pública dedicaron 30 segundos para informar: “Ayer cayó un avión en la región de Tver. En la lista de pasajeros figura el nombre de Yevgueni Prigozhin, informó la Agencia Federal de Aeronáutica”. En todos los canales la noticia no apareció en los titulares y se maneja como un “accidente de aviación en Tver”. Las agencias de noticias oficiales, TASS y RIA Novosti, destacaron más las condolencias de Putin que la noticia de la muerte de Prigozhin y de la plana mayor del grupo Wagner.
En cambio, en las redes sociales –que sigue siendo el único espacio donde es posible encontrar todo tipo de opiniones, incluidas las de personas que tienen vedados los medios de comunicación rusos– circulan versiones para todos los gustos, colores y sabores.
Los habituales defensores de la política del Kremlin, como son Vladimir Soloviov, Olga Skoveyeva, Yevgueni Popov o Serguei Markov, coinciden en culpar a Ucrania de “haber matado a Prigozhin”, sin aportar ninguna evidencia de su grave acusación.
Al respecto, el presidente de Ucrania, Volodymir Zelensky, reiteró ayer que Kiev nada tiene que ver con la caída del avión de Prigozhin. “No tenemos ninguna relación con esto. Todos saben quién lo hizo”, señaló el mandatario en una rueda de prensa en la que ejerció de anfitrión de su homólogo portugués, Marcelo Rabelo de Sousa, de acuerdo con la agencia Interfax-Ucrania.
“Saben, cuando Ucrania pidió a los países del mundo que nos ayudaran con aviones, no teníamos en cuenta este tipo de ayuda. Pensábamos en recibir otra cosa, el apoyo que necesitamos, aunque lo que pasó (con Prigozhin) de alguna manera nos va ser de utilidad”, añadió.
Tampoco tienen pruebas –en el otro extremo, unos desde el exilio y otros desde el anonimato– quienes especulan, basándose en testimonios de vecinos, de la localidad cercana al lugar donde cayó el jet que dicen haber escuchado un ruido parecido al impacto de un proyectil, que un misil antiaéreo derribó el avión de Prigozhin.
La mayoría de ellos creen que explotó una bomba en la aeronave, pero se basan en fuentes no identificadas o utilizan filtraciones interesadas en aras de obtener la primicia. En esta categoría confluyen, por paradójico que parezca, tanto opositores al Kremlin como blogueros afines al grupo Wagner, que sostienen que los “verdaderos traidores de Rusia” mataron a su jefe.
A juzgar por las pocas imágenes de video y fotografías, tomadas por aficionados con sus celulares, consideran los expertos, es difícil encontrar otra explicación de cómo se desprendió un ala del avión en pleno vuelo que no sea por una explosión. Corresponde averiguarlo a los investigadores del Comité de Instrucción de Rusia, que son los que tienen acceso a los fragmentos de lo que quedó del jet.