Ciudad de México. La matrícula de la UNAM “ha llegado a un punto donde no puede crecer más, porque empezaríamos a perder calidad educativa”, advirtió el rector Enrique Graue Wiechers.
Próximo a terminar su gestión, de la que dijo sentirse tranquilo y satisfecho, rechazó que haya mala relación con el gobierno federal, pese a las críticas del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Admitió que uno de los grandes pendientes que deja es la violencia de género. En la UNAM sigue habiendo una “cultura patriarcal que se debe erradicar”. Sin embargo, se logró avanzar contra fenómenos como el plagio académico, que en meses recientes “dañó el prestigio de la institución, al cuestionar la integridad de sus egresados”.
En entrevista con La Jornada, Graue Wiechers enlistó algunos de los logros de su administración, como la creación de seis nuevas escuelas, 18 licenciaturas y 23 especializaciones, con lo que se fortaleció la institución “sin un incremento presupuestal significativo”.
No obstante, aclaró que la UNAM no puede seguir creciendo indefinidamente, pues ello iría en demérito de sus estándares académicos.
“Para fines reales, al aumentar matrícula estamos haciendo un esfuerzo económico adicional, y hemos llegado a un punto donde no podemos crecer más, porque empezaríamos a perder calidad educativa, y esto es lo que distingue a la Universidad, y lo debe seguir haciendo”, enfatizó.
La inversión de la UNAM por estudiante, precisó, ha caído 24 por ciento como resultado del incremento de la cobertura, y cada año aspiran a ingresar alrededor de 430 mil estudiantes, de los cuales aceptan a 90 mil, entre bachillerato y licenciatura.
Lo anterior “ya tiene un cierto nivel de saturación. ¿Aceptar a 400 mil? Sería imposible educarlos. En dos o tres años, tendríamos un millón 200 mil estudiantes, y no es posible”.
El presupuesto, señaló, “ha sido suficiente, siempre afortunadamente considerando los temas inflacionarios. Hemos estado un poquito por arriba, lo cual permite a la universidad funcionar” y seguir cumpliendo su labor de movilidad social de las familias con menores ingresos.
“Las opiniones del Presidente son válidas”
Respecto a las constantes críticas desde la Presidencia de la República, las consideró “válidas”, aunque no las comparte, porque la universidad se distingue por su pluralidad ideológica. “Aquí se expresan tanto los antineoliberales como los neoliberales y no se tiene una ideología homogénea, porque se expresan todas las ideas”.
Al recordar momentos difíciles de su gestión, mencionó que hubo intentos de legisladores de Morena contra la autonomía universitaria que no prosperaron porque la Cámara de Diputados entiende la importancia de ese factor, y también lo hace el titular del Ejecutivo, “quien en declaraciones recientes ha dicho que no se va a involucrar (en el proceso de sucesión). A la UNAM hay que dejarla que decida”.
La relación con el gobierno, insistió con un aire relajado, “fue buena; no tengo problemas con ningún secretario de Estado ni con el Presidente en particular; me he visto con él en varias ocasiones, alrededor unas tres o cuatro veces, solos”.
Interrogado sobre el caso de la ministra Yasmín Esquivel, el rector se tomó unos momentos para calcular sus palabras y lamentó que “fue un evento muy inconveniente con la universidad, porque cuestionó la integridad de nuestros egresados.
“El Comité de Ética de la FES Aragón examinó las pruebas del caso y ya emitió una opinión académica que guardamos en secreto. Yo no la conozco y se firmó un compromiso de secreto hasta que se permita publicarlo”, indicó.
Graue admitió que erradicar la violencia de género, que ha propiciado una serie de paros y protestas en los últimos dos años, no ha sido ni será fácil, aunque al mismo tiempo dijo que se ha avanzado y ha habido varias sanciones contra presuntos responsables.
“Ya creamos tres protocolos; hemos mejorado los procesos de sanción; reformamos el Tribunal Universitario y ampliamos las funciones de la Defensoría de Derechos Universitarios, en contra de la violencia de género”. Ha habido entre 70 y 80 académicos rescindidos por esta situación, agregó.
Sin embargo, no puede actuarse sin escuchar a la contraparte. “No es justo para nadie. La universidad tiene que ser justa con sus trabajadores, académicos y alumnos, y sí se pide (a las víctimas) que hagan las denuncias correspondientes”.
Cconsideró que hay que revisar la situación salarial de los profesores de asignatura para darles mayor estabilidad laboral. Señaló que el próximo rector o rectora debe tener como requisito básico el “amar intensamente a la universidad”.
–¿Qué fue lo que más disfrutó de su gestión –se le preguntó.
Tras pensarlo unos segundos, con la vista privilegiada que hay de Ciudad Universitaria desde el sexto piso de la Rectoría, Graue confesó: “a veces disfrutas una selfi, a veces te agotan. Te llena de orgullo que te reconozca alguien y te diga: ‘bien por la universidad’, pero la mayor satisfacción fue haber armado un gran grupo de trabajo. El mejor recuerdo que me llevo de la universidad es su autonomía y su fuerza”.