El contexto geopolítico en el que Estados Unidos busca profundizar su guerra proxy en Ucrania se caracteriza por una fallida contraofensiva de Kiev, que en semana y media ha dejado poco mas de 45 mil soldados muertos; la búsqueda de una confrontación con China, a donde quiere arrastrar a la UE y la crisis del colonialismo europeo en África que mediante golpes de Estado sui géneris, nacionalistas y con gran apoyo popular , le abren otro frente de guerra incierto. Tratase de una crisis hegemónica que genera movimientos contrahegemónicos muy poderosos no solo anticolonialistas, sino también soberanistas como los BRICS que inician un creativo proceso para el reposicionamiento de manera ventajosa de la periferia capitalista impulsando la desdolarización y un banco de financiamiento.
La estrategia desestabilizadora de Washington, que siguiendo las pautas del unilateralismo bélico sugeridas por la Rand corp (tanque pensante de la Fuerza Aérea de EU), para ahogar, desangrar y asfixiar a Rusia provocó –mediante un sistemático y creciente acoso estratégico, como el despliegue de tropas y armamento nuclear en las proximidades de las fronteras rusas– la llamada operación militar especial.
La entonces canciller Angela Merkel y el ex presidente francés François Hollande negociaron con Putin las condiciones para evitar una guerra con Ucrania –los acuerdos de Minsk (Bielorusia, 2015)–, que según reveló Merkel, en lo que se calificó como “sincericidio”, era una estratagema para ganar tiempo y fortalecer el flanco militar de Ucrania.
Siguiendo la pauta de romper compromisos (recuérdese la promesa de EU a Gorbachov de que la OTAN no avanzaría “ni una pulgada al este”), se vulneran los fundamentos de la confianza necesarios para el diálogo, especialmente en tiempos de profunda y riesgosa crisis como la actual, además de demostrar una subordinación excesiva a defender los intereses de EU sobre los propios.
El involucramiento de las dos economías mas importantes de la UE (Alemania y Francia) en estas políticas desestabilizadoras y guerreristas ha provocado una profunda crisis económica, y si Alemania sufre, la UE cae.
Alemania, otrora gigante industrial y país que mas lealmente ha seguido a los neoconservadores estadunidenses en la expansión agresiva de la OTAN “está ahora sufriendo su mas grave crisis económica desde la II Guerra Mundial”. (Atkinson, globalresearch.ca (17/8/23). El bombardeo de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 y las ilegales sanciones contra Rusia han afectado negativamente las exportaciones por un magno aumento en los precios de energéticos para la industria alemana, que por décadas ha descansado en un consistente y razonable precio de esta energía para sus industrias criticas –químicos, automóviles e ingeniería– por lo que no sorprende lo dicho por el Instituto Alemán de Economía: estamos atestiguando el principio de la desindustrialización de Alemania y por tanto de Europa.
La inversion extranjera directa se desplomó; industrias históricas de 100 años o más están en bancarrota o dispuestas a salir del país. La industria de automóviles alemana, la más importante de Europa, calificada por Trump como un problema para la seguridad nacional de Estados Unidos, ahora está en crisis. La producción cayó dramáticamente entre 2019 y 2023 registrando los mayores desplomes; Volkswagen, con 23 por ciento, y Mercedes Benz, con 31 por ciento, a lo que hay que añadir la creciente competencia con los autos eléctricos chinos, tanto en Asia, que era un mercado importante para los autos alemanes, como en Europa.
La falta de gas ruso barato ha afectado también a la gran multinacional alemana dedicada a productos químicos BASF. Los sectores de clase media y baja –18 millones de personas– no podrán pagar el consumo de luz, entre otros problemas estructurales.
Si esta crisis se deriva de la destrucción de los gasoductos Nord Stream 1 y 2 por parte de EU como lo documenta dato en mano Seymour Hersh, uno de los mas destacados e informados periodistas de investigación estadunidenses, Hersh se pregunta, ante el silencio del canciller alemán Scholz frente a un acto de violencia contra su Estado: ¿qué tanto sabía el canciller luego de que Biden amenazó con que “si Rusia invadía Ucrania, no habría Nord Stream 2… le pondremos fin”, (Hersh, globalresearch.ca, 11/8/23)
Por lo pronto, otras voces que contrastan con esos silencios y subordinaciones, se han pronunciado por buscar salidas diplomáticas para terminar la guerra. El ex presidente francés Nicolas Sarkozy criticó la política de prolongar la guerra con asistencia militar ilimitada a Kiev (postura del actual presidente Macron) y hablo de la necesidad mantener buenas relaciones con Rusia “porque es vecino de Europa y así lo seguirá siendo. En este sentido los intereses europeos no están alineados con los intereses estadunidenses”. La confrontación con Rusia responde al interés de Washington, no al europeo (Leiroz, globalresearch.ca, 18/8/23).