Carlos Marcovich ha estado involucrado en algunos de los sucesos fílmicos más importantes de la historia mexicana. Como director de fotografía trabajó con Jorge Fons, Luis Estrada, José Luis García Agraz y Oliver Stone, mientras que como documentalista a cargo destaca ¿Quién diablos es Juliette?, película que recibió numerosos galardones por el humor y la franqueza con que retrataba la vida de dos jóvenes de piel morena y ojos verdes que sufrieron la ausencia de sus padres.
La cinta de Marcovich se estrenó en 1997, época en la que grababa un video con el cantante Benny Ibarra en Cuba. En la isla, encontró a una joven cubana de nombre Yuliet parecida a la modelo mexicana con quien habían viajado. El cineasta se dio cuenta de que ambas mujeres no sólo compartían rasgos físicos, sino también tenían en común la ausencia de sus figuras paternas.
El resultado se convirtió en la ópera prima de Marcovich como director, “una película muy tramposa en el buen sentido de la palabra”, señaló. Para el director, ¿Quién diablos es Juliette? va más allá de sus protagonistas. “¿A quién le importa Yuliet? A nadie. La vida de ella, ni la mía ni la de Juan Pérez son iportantes como para una película. Importa la parte universal, en este caso es la ausencia paterna, el abandono, el sobrevivir de niña-adolescente en un país pobre, complicado, como realmente toda América Latina”, indicó en entrevista.
Yuliet también llamó la atención por la manera en que se ganaba la vida en Cuba, pero para Marcovich ése no es el tema central. “No es una película que habla de la prostitución infantil, aunque una parte de la cinta sí, que es un fenómeno que todos conocemos en Cuba. Estas jovencitas están en busca de comprarse, ahora un teléfono, antes unos pantalones, ropa, maquillaje, y eso no pasa sólo en Cuba, pasa aquí, en Brasil, en Argentina, Centroamérica. Va de la mano de la pobreza, de la miseria, de la falta de oportunidades”, sostuvo.
En una época en la que conocer lo que pasaba en otras partes del planeta era todavía raro, el documental también sirvió para mostrar la vida en la isla. “Lo universal es ver a través de la historia familiar de Yuliet y sus anhelos y desventuras”, indistió. “Es una excusa para ver Cuba, para ver cómo terminó el experimento ruso-tropical-trasnochado de mi estimado Fidel Castro, que en paz descanse, a quien tuve el gusto de conocer cuando me tocó fotografiar con Oliver Stone y con Rodrigo Prieto los dos documentales que hicimos hace unos años”.
El abandono paterno fue retomado por Marcovich en su única cinta de ficción hasta ahora, El hotel. “Es un tema terrible de la humanidad porque es el padre el que se va, los animales son iguales, la mayoría. Se embaraza la gatita y el macho se va a buscar otra, él puede embarazar a cien, y la gata se ocupa de amamantar, cuidar, enseñarles, hasta que son adultos y se van también, como pasa con los humanos”.
Demonios de lo mexicano
Con el tiempo el realizador ha seguido participando en diversos proyectos; el más reciente es una serie de documentales titulados Morenitas, en los que explora los temas que representan a los principales demonios de lo mexicano: el racismo, el clasismo, el machismo, el malinchismo, la discriminación, la explotación laboral, la xenofobia, la homofobia, la violencia de género. “No es algo que yo opine, es algo que se ve, que se vive en la calle. Es algo que como observador, como director humanista consciente, veo y filmo y conozco”, sostuvo.
“Poner Morenitas en pantalla es lo que yo puedo aportar, mi granito de arena, pero de manera entretenida, divertida, inteligente. Los invitados especiales son Damián Alcázar, Kalimba, Laureano Brizuela, Aldo Acuña de La Maldita (Vecindad), Juan Carlos Colombo y gente desconocida. Hay de todo, es un kaleidoscopio, un arcoiris de opiniones a favor o extremas”, detalló el documentalista.
Han pasado 47 años desde que Marcovich llegó a México desde Argentina con 13 años, de modo que la experiencia y visión del cineasta se ha visto influida por esa perspectiva. “Muy en el fondo del fondo, puedo desligarme un poquito porque no viví esos primeros 13 años acá, absorbiendo esa cultura mexicana popular, casera”, explicó.
Sin embargo, considera que el distanciamiento ha nutrido obras como Morenitas y ¿Quién diablos es Juliette? “Al no haber nacido con esa cultura, no importa que yo haya ido a Cuba a estas alturas más de 50 veces, nunca voy a pensar como cubano realmente. Los entiendo, me divierto, todo, pero no tengo la programación cerebral”, agregó.
De momento, Marcovich ha publicado dos números de Morenitas, trabaja en una tercera parte y tiene planes para producir una cuarta. “Me parece, no importante, porque eso es pedante, que habla de cosas que nos importan, de asuntos de la vida diaria que sufrimos todos, que gozamos todos: la comida, la música y las guapas mexicanas”, precisó.
¿Quién diablos es Juliette? y Morenitas 1 y 2 serán presentadas hoy por Carlos Marcovich en el Centro Cultural Universitario de la Universidad Nacional Autónoma de México. Las películas podrán verse desde hoy y hasta el domingo en las salas José Revueltas y Julio Bracho. Respecto de la ópera prima del cineasta, la versión que se proyectará será la copia original de 35 milímetros que él entregó a la Filmoteca universitaria para su resguardo.