Moldear el desarrollo global, relegar al dólar de los pagos comerciales entre los países del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) y la apertura a nuevos miembros, fueron las pautas con las que mandatarios de esos países inauguraron el foro empresarial de la cumbre del bloque, que comenzó ayer en Johannesburgo, Sudáfrica.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, destacó que los BRICS tienen la “oportunidad única de moldear la trayectoria del desarrollo global”, debido a su peso en la economía del mundo y a las perspectivas de futuro. Aseguró, sin embargo, que los países del bloque no pretenden desafiar a otras coaliciones internacionales, como el G-7, o a Estados Unidos, sino “organizar” el llamado “Sur Global”.
Por separado, el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, declaró que Estados Unidos no cree que el bloque de países BRICS se convierta en un rival geopolítico ni de ese país ni de nadie más.
En declaraciones grabadas –dado que no pudo asistir en persona a la cumbre por la orden de detención dictada en su contra por la Corte Penal Internacional, que lo acusa de crímenes de guerra en Ucrania–, el presidente ruso, Vladimir Putin, consideró irreversible la desdolarización en los pagos comerciales entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
“Cobra fuerza el imparcial e irreversible proceso de desdolarización de nuestros vínculos económicos, se están realizando esfuerzos para desarrollar mecanismos eficaces de mutuos acuerdos y de control monetario y financiero”, aseguró Putin. La proporción del dólar en las transacciones de exportación e importación dentro de los Estados miembros del BRICS está disminuyendo, “el año pasado representó sólo 28.7 por ciento”, agregó.
En esa tesitura, Lula volvió a defender una moneda común para los países del BRICS, diciendo que la medida no tendría como objetivo “rechazar” al dólar estadunidense, sino facilitar el comercio entre las naciones emergentes en sus propias monedas.
En ese vuelco para rodear la influencia del dólar, Lula adelantó que quiere a Argentina dentro del BRICS, al tiempo que su gobierno analiza la posibilidad de utilizar el yuan –la moneda china– en las transacciones comerciales con su vecino del sur americano, en un momento que éste lucha contra la falta de reservas de divisas.
También el ministro boliviano de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, confió a Xinhua que considera como una alternativa utilizar el yuan para enfrentar las fluctuaciones del dólar en el comercio internacional.
Economías más dinámicas que el G-7
El BRICS nació en 2009, actualmente representa 23 por ciento del producto interno bruto mundial, el 42 por ciento de la población y más del 16 por ciento del comercio global. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la contribución de los países BRICS al crecimiento económico mundial ha superado a la de los países del G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), y la tendencia al alza continuará en el futuro.
Según las estimaciones del FMI, publicadas en abril, los países BRICS representarán 32.1 por ciento del crecimiento económico mundial, en comparación con 29.9 por ciento del G-7.
Los BRICS coinciden en la reivindicación de un equilibrio político y económico mundial más inclusivo, en particular frente a Estados Unidos y la Unión Europea. Bajo esa visión, el grupo busca extender su influencia y se plantea abrirse a nuevos miembros.
Aunque la posible ampliación del BRICS sigue en el aire, la promesa de la agrupación de convertirse en defensor del mundo en desarrollo y ofrecer una alternativa a un orden mundial dominado por las ricas naciones occidentales está encontrando eco. Más de 40 países han manifestado su interés por unirse, de ellos, casi dos docenas han solicitado formalmente su admisión.