En estos días se estará entregando a las autoridades educativas, a los miembros de la comisión que elaborará el proyecto de nación y a los candidatos a dirigir el país, un documento firmado por 18 organismos filosóficos (entre observatorios, redes, asociaciones y facultades de Filosofía) que integran el Comité Nacional en Defensa de la Filosofía (Conadefi). En el documento se dice que, hasta ahora, no se ha cumplido lo dispuesto en el artículo tercero de la Constitución que establece que la filosofía y las humanidades son un derecho de todos los mexicanos.
Considero que existen tres causas de este incumplimiento: 1) la ofensiva que llevan a cabo organismos internacionales como la OCDE en favor de una orientación tecnocrática y mercantilista de la educación que omite la reflexión filosófica y humanística. Algunos ejemplos son la supresión de las disciplinas filosóficas por Fujimori en el Perú al igual que lo hizo Felipe Calderón en México o las eliminaciones de disciplinas filosóficas en España, entre otros ejemplos; 2) la comunidad filosófica no ha hecho una labor de divulgación sobre la importancia de la filosofía en la formación de un ciudadano crítico y democrático. En esta dirección, la Unesco publicó en varios idiomas el libro La filosofía, una escuela de la libertad, que puede consultarse en www.cefilibe.org, y 3) la falta de reconocimiento del lugar esencial que ha tenido la filosofía en las transformaciones históricas de México.
En efecto, como demostró, entre otros, Miguel León Portilla, existió un pensamiento filosófico en los pueblos originarios; durante la Colonia, no sólo se impartió la filosofía escolástica, sino también creció una hermosa flor en medio del desierto como Sor Juana Inés de la Cruz, quien escribió su poema filosófico “Primero sueño”; en la Independencia, la concepción filosófico-política de Juan Jacobo Rousseau fue empleada por Morelos para escribir Los sentimientos de la nación y la Constitución de Apatzingán; en la Reforma, los conservadores y liberales también se apoyaron en las filosofías correspondientes y, al triunfo de los últimos, Benito Juárez, con el consejo de Gabino Barreda, sentó las bases de una nueva educación para la conformación de un México moderno, introduciendo el positivismo de Augusto Comte, aunque más tarde, los ateneístas Antonio Caso, José Vasconcelos, Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña buscaron que la enseñanza de la filosofía fuera menos cientificista y más espiritualista, pero serán Madero y Flores Magón, como cabezas de dos movimientos contra la dictadura de Porfirio Díaz que sostuvieron, en el primer caso una democracia liberal y en el segundo, un anarquismo inspirado en Kropotkin al igual que ideas procedentes del socialismo.
Tras la Revolución Mexicana, también se recurre a una filosofía social en la formación de la Constitución de 1917 y en los años 30 se dio el gran debate entre Antonio Caso y Vicente Lombardo Toledano sobre la educación socialista. Luego sobrevino la confrontación armada, pero también ideológica y filosófica entre el capitalismo, el nazismo y el socialismo. Terminada la Segunda Guerra Mundial, sobrevino la guerra fría y el combate derivó en la confrontación entre liberalismo y la versión soviética del socialista de origen estalinista que finalmente, entre 1989 y 1991, se derrumbó ocasionando una fuerte crisis en las reivindicaciones emancipatorias.
Pero ahora, el capitalismo se deshizo de la estrategia keynesiana del welfare state y proclamó, en los inicios de la década de 1980, el impulso del neoliberalismo, pero esta concepción sólo se ha visto como política económica e ideológica basada en la privatización de los bienes públicos y la “globalización”, que es un nombre mediante el cual se designa la deslocalización de las trasnacionales y la velocidad de las comunicaciones, pero nadie habla de que detrás de todo esto hay una filosofía fundada por Friedrich von Hayek, padre de esta corriente deshumanizadora. Pero, si la filosofía ha estado presente en todos estos cambios históricos, el problema es ¿cuál debería ser el planteamiento filosófico que debería acompañar a la Cuarta Transformación? Algunas de las tareas a cumplir serían dar contenido a lo que se ha denominado “humanismo mexicano”; una nueva teoría de la justicia; una concepción ecológica de la sociedad; una nueva ética que implique una radical oposición a la degradación de los seres humanos a causa del narcotráfico; al feminismo; la no discriminación y dé lugar a una utopía concreta (Ernst Bloch); una nueva teoría de la democracia; una concepción del México pluricultural e intercultural; una nueva educación y la configuración del país que quisiéramos y que necesitamos.
*Profesor-investigador del Departamento de Filosofía de la UAM-I