Bogotá. Odebrecht, la multinacional de la construcción que consiguió multimillonarios contratos en toda América Latina aprovechándose de la codicia de la mayoría de gobernantes y políticos corruptos de la región, da sus últimos coletazos en Colombia llevándose por delante al menos a dos ex presidentes, dos ex candidatos presidenciales, un ex fiscal general y al empresario más poderoso del país, Luis Carlos Sarmiento Angulo.
El regreso del “caso Odebrecht” a la escena noticiosa nacional ha desatado una batalla campal entre los implicados, que hasta hace poco estaban tranquilos pues sus expedientes dormían el sueño de los justos, celosamente custodiados por el fiscal feneral, Francisco Barbosa.
El actual jefe del ente acusador había recibido las investigaciones debidamente congeladas de manos de su antecesor, Nestor Humberto Martínez, implicado hasta el cuello en esta trama de corrupción que él mismo intentó tapar con argucias legales y uno que otro crímen aún por esclarecerse en los estrados judiciales.
Tuvo que ser la justicia estadunidense la encargada de descubrir y revelar el entramado de sobornos que salpica al ex presidente Álvaro Uribe por contratos asignados a Odebrecht durante sus dos mandatos (2002-2010), al ex presidente Juan Manuel Santos, por los mismos cargos y nuevamente a Santos por la financiación de su campaña por parte de la multinacional, así como al ex aspirante a la presidencia Oscar Iván Zuluaga, quien hace un par de semanas admitió ante los medios de comunicación que su campaña recibió de la constructora brasilera al menos 1.6 millones de dólares en 2014.