Ecatepec, Méx., Hace unos días se develó el mural De dioses a animales, del mexicano Ariosto Otero Reyes. La obra representa la historia de la humanidad desde las cosmogonías mexica y maya, mide 532 metros cuadrados y fue realizado con la técnica prehispánica de esgrafiado en el muro de la sala principal del planetario El Gran Ehécatl, los Hijos del Dios del Viento, que será inaugurado en unos días, según informó el alcalde Fernando Vilchis.
Ariosto Otero Reyes afirmó que el mural venera a las culturas de la época prehispánica como los mexicas y los mayas, en las cuales, considera, se gestó la humanidad.
“Está dedicado a la grandeza de un pueblo maravilloso que ha luchado todos los días desde hace 500 años. Las cosmogonías de los mayas y los mexicas son el principio creador de la humanidad, en la sensibilidad de un pueblo que se mantiene todavía en esa lucha para mostrar su identidad, a pesar de que en los años recientes 50 por ciento de la identidad nacional se ha perdido en la transculturación que han hecho los políticos para vender al país de muchas formas.
La pieza, explicó, “es para contarles lo que pienso y lo que recogí de estas culturas, que, creo, son las más maravillosas del planeta: los mayas y los mexicas.
“Digo esto porque para hacer este mural investigué todas las culturas y lo que nos enseñaron de sus mundos hacia el universo, y encontré que son los grandes creadores del pensamiento. Sobre su simbología y su forma de expresión de dibujar no encontré a nadie (en ninguna civilización) que lo haga más bella y significativamente que los nuestros.”
En 43 años de trayectoria, Otero Reyes ha elaborado 74 murales en espacios y edificios públicos de México, así como 28 piezas de gran formato en países como Argentina, Costa Rica, Paraguay, Colombia y Guatemala.
El muralista reconoció que el arte y la cultura son los principios que sostienen a un pueblo para contener la violencia y el odio social en nuestro país.
Por su parte, Vilchis afirmó que el mural y el planetario son un punto de encuentro entre el viejo y el nuevo Ecatepec, así como la construcción de nuevos paradigmas y de nuevos ejercicios políticos, sociales y culturales.