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2023-08-20 18:50

Conmemoran 56 años de matanza en edificio de la Coprera en Acapulco

Representantes de la Unión mercantil de productores de coco y dirigentes sociales recordaron la matanza del 20 de agosto de 1967, en el edificio de la Coprera, en Acapulco, Guerrero. Foto Héctor Briseño
Representantes de la Unión mercantil de productores de coco y dirigentes sociales recordaron la matanza del 20 de agosto de 1967, en el edificio de la Coprera, en Acapulco, Guerrero. Foto Héctor Briseño

Acapulco, Gro. Representantes de la Unión mercantil de productores de coco y dirigentes sociales, integrados en el colectivo La nueva rebeldía, hicieron un llamado al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, a convertir el emblemático edificio de la Coprera, ubicado en la esquina de la avenida Ejido y Calle 6 de este puerto, en el Museo de la memoria histórica y la lucha social en Guerrero.

La mañana del domingo fue recordada la matanza del edificio de la Coprera, ocurrida el 20 de agosto de 1967, la cual dejó como saldo 35 personas muertas y más de 150 heridos, en su mayoría campesinos y productores de coco, quienes viajaron desde la región de la región de Costa Grande a Acapulco, a participar en una asamblea.

Representantes de organizaciones sociales resaltaron que el estado de Guerrero ha sido escenario de luchas sociales entre el poder caciquil y la libertad a la que se aspira en un estado de derecho, en las que el pueblo se ha mantenido firme en la lucha por la libertad, la justicia y la defensa de los derechos humanos.

A nombre de la Unión mercantil de productores de coco, Antonio Pérez Díaz, expresó que ante la falta de un espacio que dé testimonio y reivindique la historia de resistencia social de los guerrerenses, La nueva rebeldía propone que el Museo de la memoria histórica y la lucha social, sea erigido en la antigua casona de los copreros, que representa el símbolo de la resistencia y el centro telúrico de la lucha de los copreros por su independencia económica y social.

Pérez Díaz mencionó que "se busca dar nombre en sus diversas salas, a los hechos que se suscitaron antes, durante y después de la guerra sucia en contra del pueblo de Guerrero, como represión contra los movimientos sociales encabezados por Lucio Cabañas y Genaro Vázquez", y explicó que en el museo se presentará un recorrido por la historia de los gobiernos represores y autoritarios.

Manifestó que "será un santuario de aprendizaje para que los latrocinios contra luchadores, de defensores de derechos humanos, no se vuelvan a repetir, que sea la flama de fuego permanente, que recuerde que el silencio y olvido son cómplices de la impunidad, para que no se repitan hechos oprobiosos", y citó la masacre de 1960 en Chilpancingo, la masacre de Iguala, la masacre de El Charco, la masacre de Aguas Blancas, la masacre del 18 de mayo en Atoyac y la masacre del 20 de agosto de la coprera.

Puntualizó que "hay una deuda histórica de la República con Guerrero y esta iniciativa es un acto de reconocimiento y justicia al estado por su contribución a la lucha histórica, para reivindicar a los muertos, desaparecidos, perseguidos y encarcelados por la sangre ofrendada por los guerrerenses en la construcción de esta gran nación".

Jorge Luis Salas Pérez, vocero de la Unión mercantil de productores de coco, manifestó que el objetivo es construir un museo inolvidable.

Sentenció que "las cosas no deben suceder, el diálogo es fundamental, por eso en aquel tiempo hombres y mujeres se fueron a la lucha clandestina".

Dirigentes sociales señalaron que el gobierno de la cuarta transformación ha quedado a deber en el tema de seguridad y procuración de justicia.

Micaela Cabañas Ayala, hija del profesor Lucio Cabañas, fundador del Partido de los Pobres en la década de los 60, expresó que "lo que queremos los luchadores sociales es que haya justicia, hacer algo por la gente que cayó y por los sobrevivientes. Recordar aquí hoy para que nunca se vuelvan a repetir las masacres, hay familias que siguen sufriendo, hay una deuda histórica", y señaló la importancia de sanar heridas.

Micaela Cabañas advirtió que existe una deuda histórica, pues sigue habiendo desigualdad y todavía hay gobernantes de la ultraderecha, e indicó que se mantiene la corrupción en la impartición de justicia, pues todavía hay inocentes encerrados en los penales, y muchos criminales se encuentran libres.

El activista Efrén Cortés Chávez, sobreviviente de la masacre de El Charco, señaló que las causas y la conciencia, y no el olvido, deben motivar al luchador social.

Advirtió que "el poder nunca ha querido que la memoria se conozca, el poder quiere que el pueblo viva del escándalo, de la intriga, de la ocurrencia", y señaló que la matanza de la coprera fue una de las primeras masacres en que la federación y el estado se confabularon para erradicar la resistencia de los campesinos.

Indicó que "es necesario que la gente sepa por qué agarraron las armas Genaro Vázquez y Lucio Cabañas, la lucha armada es producto de la cerrazón del poder", a Lucio y Genaro no los conoce la gente porque agarraron las armas, sino porque enarbolaron una causa, mencionó.

Cortés Chávez lamentó que todavía hay luchadores sociales en México que se encuentran presos, acusados por delitos delincuenciales, y no políticos.

Hizo mención del caso de dos sobrevivientes de la masacre de Aguas Blancas, quienes se encuentran presos, lo cual representa un golpe a la dignidad.

Cortés Chávez reflexionó que los programas sociales del actual gobierno federal son buenos, pero en lo que se refiere a la procuración de justicia está por los suelos.

Agregó que "no puede ser que la lucha social sea criminalizada por ningún gobierno, más que este gobierno llegó con el respaldo popular, con la esperanza de cambiar".

Insistió que el saqueo, la entrega del país, la miseria y el abandono no se componen en un sexenio, pero el gobierno federal y el estatal deben ser sensibles.

Puntualizó que "ellos no llegaron con el apoyo de los grandes empresarios, sino con el apoyo del pueblo, que ha sido golpeado, reprimido, marginado, este pueblo tiene memoria y esperanza, pero también la esperanza se acaba".

Cortés Chávez enfatizó que la guerrilla no es un producto de prototipo o imitación, sino que es una respuesta a la represión y la cerrazón de los gobiernos.

Manifestó que "el movimiento guerrillero es producto de la violencia sistémica, este gobierno que estamos viendo que se asume como democrático, si quiere lograr el respaldo de la población tiene que cambiar el estado de cosas", y señaló la importancia de mejorar las condiciones de salud, educación, infraestructura y la producción.

Mencionó que "la lucha armada mientras haya injusticia va a ser un caldo de cultivo".

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