No sólo los antitaurinos y animalistas, tampoco el desplazamiento del tema de toros en los medios, menos la tremenda ignorancia de lo que constituye la tradición taurina de México (1526) en lo económico, socio-cultural, jurídico y político, ni siquiera el agravio al público y aficionados por las complicidades entre juececitos como sensitivos, propietario y concesionarios de la Plaza Muerta, antes Plaza México, y la inefable autoridá, ocupada hace años en intentar resolver problemas más trascendentes que apoyar una de las expresiones identitarias mejores del pueblo mexicano.
La realidad es que también en este original espectáculo hace años que ya no pasa nada o no ocurre algo importante desde el punto de vista no sólo tauromáquico, sino social y cultural. Hará unas cuatro décadas que los autocomplacientes taurinos se dedicaron a estrechar lazos entre ellos mismos, no a ofrecer a la gente emociones a partir de la bravura de bestias y de hombres, y a la verdadera competencia de estos en el ruedo. Se les olvidó que son los ídolos, no los que figuran ni los ases importados, quienes permiten a los públicos reflejarse y enorgullecerse con sus hazañas delante de los toros. Aunque no falta el que se enorgullece con su incorregible Selección de futbol.
Hoy cualquier chufla lambiscón se dice periodista, y con ese título ganado a golpes de oportunismo y alcahuetería al impune monopolio deambula por las redes sociales publicando artículos sin firma adjudicados a algún medio independiente o reproduciendo despreocupado textos de otros sin autorización de éstos. Se trata de amarrar navajas y aparentar ser un profesional. Por ello llama la atención que en Infiernet, ese gurú tribal que pretende saber de todo y si no lo inventa según intereses y acuerdos, aún queden aficionados comprometidos con la información y la reflexión en torno al fenómeno taurino mexicano o lo que de él va quedando, gracias a añejas gestiones tan adineradas como estrechas de miras.
Arena Mestiza es el nombre del programa de audio o podcast que semanalmente producen desde Aguascalientes los hermanos Guadalupe y Sergio Martín del Campo, ella, médica veterinaria con maestría en ciencias de la producción, y él, ranchero enamorado de la fiesta de los toros y la charrería con amplia experiencia en medios. “Me precio –dice Sergio sin falsa modestia– de ser el único que hace una crítica objetiva, exigente y oportuna de la charrería, ese deporte nacional por excelencia hoy bastante relegado de la sociedad, no por molestar, sino por mejorar las cosas e insistir en referentes más arraigados en el país que los campos de golf.
“Luego de tres años de salir al aire con el programa Oro, seda, sangre y sol en Radio Universidad Autónoma de Aguascalientes”, señala Guadalupe, “se me ocurrió poner a la nueva emisión Arena Mestiza, que no encontró espacio en el radio comercial, lo que fue para bien, ya que no creamos compromisos. Cada semana subimos nuestro podcast taurino a Spotify, Apple Podcast y al Noticiero Taurino, que luego pasa por Facebook. Nos inspira apostar por el reposicionamiento de nuestra fiesta, revisar y aterrizar conceptos para enderezar rumbos. Buscamos una estructura en la que además de noticias y análisis, haya investigación y apuntalamiento de tradiciones con la intención de saber más para disfrutar mejor y no conformarnos con lo que nos ofrecen los dueños del negocio.”
Agrega Sergio que, paulatinamente, se ha incorporado al programa música de diferentes autores mexicanos y poesía alusiva a los toros y a la charrería. “Las empresas y el monopolio son todo un tema, pero primero buscamos que el aficionado conozca y valore mejor, y después que el toro corresponda a lo que la gente ha pagado por ver. Si al público se le ofrece mayor variedad de toros y de toreros, no sólo ocasión para dejarse ver y ser visto, la gente regresará a las plazas a emocionarse”, remata esperanzado.