Justicia, es la exigencia que mantienen 18 familias, además de que sean aplicadas de forma correcta las leyes y se les restituyan las viviendas que ocuparon por décadas en el inmueble ubicado en República de Argentina 110, colonia Centro.
Por lo pronto, se instalaron en un campamento en el callejón de Ecuador, que colinda en la parte posterior del viejo inmueble de planta baja y un nivel de donde fueron desalojados la madrugada del jueves por un grupo de sujetos que irrumpió con violencia con mazos y tubos.
Dijeron que su caso se trató de un juicio irregular y denunciaron que fueron víctimas de “despojo y no de desalojo”, además de que no fue total porque “los comerciantes chinos mantienen abiertos los locales” ubicados en la planta baja, donde venden gorras.
Por su parte, la legisladora federal del Partido del Trabajo, María Rosete, quien da acompañamiento a algunos afectados, afirmó que la Fiscalía General de Justicia debe investigar a fondo “los juicios amañados, pues casualmente las órdenes de desalojo en el Centro Histórico se otorgan en el juzgado 46”.
Alertó a las autoridades capitalinas para que blinden del riesgo de despojo a los residentes de otros inmuebles en las calles Argentina y Ecuador, al señalar que en el caso de las 18 familias “la notificación fue dirigida para una mujer que no es residente del edificio, nadie la conoce”.
Francisco Guzmán Rosas, de 85 años, rechazó la propuesta del gobierno capitalino para trasladarse a un albergue porque dijo que lo único que quiere es regresar a la vivienda que ocupó desde hace más de 20 años con su esposa Francisca, quien murió hace un año, “pero si no se puede aquí me muero”, expresó tajante.
“Ya no tengo nada qué perder”, tras referir que le robaron su televisor, herramienta, piel y zapatos que confeccionaba y vendía en el mercado de Granaditas, además de 4 mil pesos.
María Cristina Morales, quien vivió en la casona más de 70 años –donde nacieron sus nueve hijos–, mostró un moretón en la mano izquierda que le hicieron los sujetos con los empujones para sacarla.
María del Carmen prefirió cuidar a sus hijos de 9, 5 y 4 años y dejó sus pertenencias, “que cínicamente utilizan los nuevos moradores”, mientras Araceli Morán, residente desde hace 45 años y a quien le robaron los uniformes escolares que vendía, mencionó que los afectados “decidimos acampar en el callejón, no nos vamos a ir porque somos una situación viviente, y los que pasen nos va a mirar y no se les va olvidar que fuimos sacados del inmueble de Argentina 110 con violencia”.
Ante eso, el gobierno capitalino entregó a los afectados seis lonas, les ha llevado alimentos e instaló un baño portátil.