El 12 de agosto de 2009, la Suprema Corte de Justicia de la Nación tomó la determinación de liberar a los responsables confesos de la matanza de Acteal; la decisión fue argumentada debido a que se “violó” el debido proceso, aun cuando la organización Las Abejas y el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas presentaron múltiples pruebas de lo ocurrido. De nada sirvió: se premió a los autores materiales con la libertad y la vuelta a sus comunidades.
La liberación de los confesos demostró la complicidad del gobierno mexicano con el paramilitarismo, existiendo un raro balance. De nada sirvieron las indagatorias de hechos por el primer tribunal unitario del vigésimo circuito ni las investigaciones de la Procuraduría General de República: los paramilitares llevan 14 años caminando con libertad por la tierra que mancharon de sangre con la protección del Estado.
Los asesinatos siguieron cayendo sobre la tierra chiapaneca; en julio de 2021, un individuo en motocicleta asesinó con un disparo directo en la cabeza a Simón Pedro Pérez López, defensor de los derechos de los pueblos indígenas y ex presidente de la mesa directiva de Las Abejas, mientras el gobierno de la Cuarta Transformación de Rutilio Escandón miraba para otro lado, intentando que el olvido se encargara del asunto.
Múltiples organizaciones en solidaridad con Las Abejas de Acteal, como el Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos –programa conjunto de la Organización Mundial contra la Tortura (OMCT) y de la FIDH– exigieron una respuesta inmediata para esclarecer el asesinato, pero los reclamos fueron ignorados. La justicia mexicana seguía encubriendo culpables y hacia como si nada pasara.
Simón Pedro fue una voz de lucha ante la violencia que ejercieron los paramilitares en complicidad con los gobiernos de los tres niveles, como se puede observar en la Misión Civil de Observación en Chiapas, que documentó en diciembre de 2020 la situación de desplazamiento forzado, despojo de tierras, amenazas y hostigamiento que viven las comunidades chiapanecas debido a la presencia de grupos armados en la zona. En mayo de 2021, 30 integrantes de Las Abejas pudieron retornar a la colonia Miguel Utrilla, Los Chorros, en el municipio de Chenalhó, tras 21 meses de desplazamiento forzado provocado por la violencia en la región.
El comunicado del 14 de agosto del presente año en San Cristóbal de las Casas, presentado por Las Abejas de Acteal, sigue incomodando a un gobierno que ignora las exigencias de la población; se continúa pidiendo el esclarecimiento de la muerte de Simón Pedro, la retirada de militares de la zona y el desarme del territorio, entre muchas otras demandas.
El miedo latente a que se repita otro episodio como el de Acteal o el de Simón Pedro ronda por las montañas chiapanecas, sigue siendo un fantasma presente que se alimenta por la complicidad del gobierno y los militares. Las Abejas en pie de lucha continúan ejerciendo el reclamo justificado a un Estado que tiene las manos manchadas de sangre desde diciembre de 1997.
* Maestro