Ciudad de México. El sistema financiero internacional requiere reformas profundas con base en una nueva arquitectura cimentada en redes de instituciones mundiales, regionales y subregionales, consideró José Antonio Ocampo, ex secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Durante una conferencia magistral por el 75 aniversario del organismo dependiente de Naciones Unidas (ONU), José Manuel Salazar, actual secretario ejecutivo de la Cepal, comentó que actualmente se vive un “momento crítico de grandes necesidades de financiamiento y movilización de recursos por parte de los países en desarrollo”.
Apuntó que ello ocurre después de “enormes esfuerzos fiscales y de política para responder a la reciente cascada de choques económicos que exacerbaron brechas y necesidades históricas en los modelos de desarrollo”.
Salazar subrayó que António Guterres, secretario general de la ONU, ha encabezado la reforma de la arquitectura financiera internacional, por lo que ha hecho 17 propuestas y sean consideradas hacia la Cumbre del Futuro.
Ocampo indicó que es necesario continuar las reformas de los organismos de Bretton Woods, ampliando la voz y participación de los países en desarrollo en los procesos de decisión; evolucionar hacia un organismo más representativo en la cúpula del sistema de cooperación económica internacional; y construir una arquitectura más densa, de varios niveles, especialmente instituciones regionales fuertes.
“La banca de desarrollo debe seguirse expandiendo, para ofrecer tanto soluciones estructurales como contracíclicas. Es esencial continuar con el financiamiento al sector público y ampliar el apoyo a la provisión de bienes públicos internacionales”, indicó Ocampo.
El también catedrático destacó las ventajas de un sistema denso en el cual, junto a las instituciones mundiales, existan más instituciones regionales e incluso subregionales.
“Este sistema está muy bien desarrollado en el ámbito de los bancos multilaterales de desarrollo, pero no en el sistema monetario internacional”, dijo.
Comentó que el Banco Mundial (BM) ha sido fundamental en coyunturas críticas, como la de 2007-2010, pero los bancos regionales han observado mayor dinamismo, como es el caso del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, que han sido los principales aportantes de financiamiento para América Latina y el Caribe.
Sobre el sistema monetario internacional, el ex secretario ejecutivo de la Cepal, señaló que con toda la volatilidad financiera internacional, uno de los efectos más claros es que los países en desarrollo han tenido que acumular muchas más reservas internacionales que antes, lo que ha derivado en la demanda de reservas.
Destacó que entre las posibles reformas al sistema mundial de reservas están el trabajar en un sistema más activo de múltiples monedas y dar un papel más dinámico a los derechos especiales de giro (DEGs).
Sobre la reestructuración de deudas soberanas, el catedrático de la Universidad de Columbia dijo que los mecanismos existentes de renegociación de deudas no proporcionan un alivio adecuado y oportuno, y no tratan a los deudores y acreedores con reglas uniformes.
Advirtió que los problemas crecientes de endeudamiento público se agudizaron con la pandemia del covid-19 y continúan siendo muy severos.
Por ello, dijo, se necesita un nuevo mecanismo ad hoc, de uso voluntario, que tenga en cuenta las diferencias entre países y podría ser apoyado por bancos multilaterales de desarrollo.