La soprano italiana Renata Scotto falleció a los 89 años de edad, anunció este miércoles el alcalde de Savona, la ciudad natal de una diva homenajeada como “una de las mayores cantantes de ópera de todos los tiempos.
“Una cantante única, una gran música, una gran artista, una gran mujer ha fallecido”, escribió en Facebook el edil Marco Russo.
Según la agencia italiana Ansa, Scotto murió en su casa de Nueva York.
Scotto estudió canto en Milán y debutó en escena en 1952 en su ciudad natal del noroeste de Italia, con una interpretación de La Traviata, de Giuseppe Verdi.
“Con el corazón roto por el fallecimiento de Renata Scoto, una de las mayores cantantes de ópera detodos los tiempos, una maestra dedicada a los jóvenes cantantes y una de mis compañeras más frecuentes en el escenario con más de 100 actuaciones juntos a lo largo de nuestras carreras”, escribió el tenor Plácido Domingo en la red social X.
A lo largo de su carrera brilló en las principales escenas líricas del mundo, como la Royal Opera House de Londres, La Scala de Milán, el Teatro Colón de Buenos Aires y la Metropolitan Opera de Nueva York (Met), en cuya página oficial lamentó el deceso de “una de nuestras divas más ilustres del siglo pasado”.
Renata Scotto debutó en el Met en 1965, con el papel principal de Madama Butterfly. Desde entonces, se reveló como “una artista extraordinariamente convincente y completa, con la capacidad de crear un personaje profundamente conmovedor a través de una presencia escénica magnética, un fraseo musical expresivo y una entrega dramática infalible del texto italiano”, puntualizó la compañía estadunidense con sede en Nueva York.
Si bien Butterfly siguió siendo su interpretación más memorable y sirvió como su actuación final en 1987, Scotto cantó un total de 26 papeles con la compañía, brindando más de 300 presentaciones en el escenario de la Met. Interpretó papeles principales de soprano en ocho nuevos estrenos de producción, incluida la primera puesta en escena de la compañía de La Clemenza di Tito, de Mozart, y dos óperas que no se habían escuchado durante generaciones, Le Prophète, de Meyerbeer, y Francesca da Rimini, de Zandonai.
Su repertorio abarcó un amplio espectro de obras italianas, desde melodramas veristas como Manon Lescaut y Adriana Lecouvreur hasta obras maestras del bel canto como Lucia di Lammermoor y Norma, y óperas de Verdi menos conocidas como Luisa Miller e I Vespri Siciliani.
El Met señaló que “la inmersión total y visceral de Scotto en los personajes que interpretó la convirtió en un ejemplo vital del gran estilo operístico italiano que subyace en gran parte del repertorio estándar. Después de su retiro del canto, continuó transmitiendo este legado como maestra.
“Muchos la recuerdan con cariño: sus antiguos alumnos, administradores y personal, así como sus legiones de admiradores. Ofrecemos nuestras más sinceras condolencias a su hija Laura, a su hijo Filippo y a toda su familia y amigos”, concluyó el comunicado.
(Con información de Afp)