Ciudad de Guatemala. La mayor organización de veteranos militares de Guatemala respaldó el martes a la candidata a la presidencia Sandra Torres después de haber luchado en su contra durante sus dos primeras candidaturas, lo que muestra hasta qué punto el sorprendente avance de su oponente progresista a la segunda vuelta de las elecciones ha sacudido la política del país.
Torres y sus anfitriones en la Asociación de Veteranos Militares de Guatemala retrataron a su adversario en las elecciones, Bernardo Arévalo, como una amenaza para la democracia y las familias de la nación.
Tal como lo hizo durante su primer debate en la noche anterior, Torres criticó a Arévalo por no conocer realmente a su país debido a que nació en Uruguay cuando su padre, el expresidente Juan José Arévalo, estuvo en exilio tras el derrocamiento de su sucesor Jacobo Arbenz, el cual tuvo el respaldo de la CIA.
“Hoy más que nunca Guatemala está en peligro”, dijo Torres, y advirtió que Arévalo disolvería al ejército, legalizaría el matrimonio entre personas del mismo sexo y expropiaría propiedad privada. “No queremos comunismo en Guatemala”.
Arévalo, legislador, académico y exdiplomático, no ha dicho que haría alguna de esas cosas, pero la amenaza funcionó entre los veteranos que estaban presentes, quienes aplaudieron y celebraron en respuesta. Arévalo sorprendió a los observadores cuando consiguió pasar al balotaje tras la primera ronda de las votaciones, celebrada el 25 de junio, debido a que el partido al que pertenece, el Movimiento Semilla, tenía menos del 3% de la intención de voto en las encuestas.
Los guatemaltecos votarán el domingo por Torres, que ya perdió dos veces en segunda vuelta, o por el advenedizo Arévalo.
El coronel jubilado Edwin González dijo que la asociación representa a unos 380.000 veteranos de Guatemala. “Estamos hablando de una fuerza electoral importante”, señaló.
Cuando le preguntaron la razón por la que la asociación apoyaba ahora a Torres luego de haber trabajado en su contra durante sus dos campañas anteriores, González respondió que era “la mejor opción”. Torres ha virado hacia la derecha desde sus días como primera dama en el gobierno de centro-izquierda de su entonces esposo Álvaro Colom.
“Hoy llegamos a tener dos candidatos y uno que es una amenaza”, dijo González en referencia al Movimiento Semillas de Arévalo.
La principal amenaza, señaló, era la posibilidad de que se legalizara el matrimonio entre personas del mismo sexo. Otra es que varios veteranos guatemaltecos han sido enjuiciados por crímenes de guerra cometidos durante la guerra civil de 36 años de duración del país y están preocupados de que un gobierno dirigido por Arévalo podría enjuiciar a más.
“Nuevamente los veteranos estamos saliendo a salvar nuestro país, y si tenemos que volver a retomar lo que éramos antes para defender a Guatemala, lo vamos a hacer”, manifestó González.
Pero no todos los presentes estaban convencidos.
Antonio Hernández López, que estaba sentado en el fondo del patio al aire libre donde Torres pronunció su discurso, dijo que le gustaban las propuestas de Torres en torno a hacer más por los veteranos y proteger los valores conservadores de Guatemala, pero comentó que pasará más tiempo pensando en ello y discutiéndolo con su familia antes de decidir por quién votará el domingo.
El enfermero jubilado del ejército de 57 años de edad comentó que le gustaba que Torres parecía ser lo opuesto de Arévalo, pero no creía en todo lo que estaba diciendo sobre su adversario, reconociendo que se trataba de “política". También dudaba que Torres pudiera ayudar realmente a los veteranos aunque quisiera, porque esas ayudas tendrían que ser aprobadas por el Congreso.
Tampoco le pasó desapercibido el cambio de postura de la asociación de veteranos.
“Es feo”, comentó Hernández al respecto.