La exposición Ingres: El artista y sus príncipes, que se exhibe en el Museo Condé, ubicado en el Castillo de Chantilly, Francia, cuenta entre sus más de 110 obras con un cuadro raramente visto fuera de su actual sede: el retrato Louise, princesa de Broglie, futura condesa de Haussonville (1845), de Jean-Auguste-Dominique Ingres (1780-1867), perteneciente al Museo Colección Frick, en Nueva York.
El Museo Condé es una institución que custodia el legado de obras de arte del príncipe Enrique de Orleans, duque de Aumale (1822-1897), hijo del rey Luis Felipe I de Francia. En cuanto a la relación de Ingres con el aristócrata, después de la llegada de la monarquía de Julio (1830-1848) el pintor recibió gran apoyo de la familia Orleans, situación que le permitió crear algunas de sus obras maestras. Estos lazos constituyen el hilo central de la muestra que explora cómo “el príncipe de artistas se volvió el artista de príncipes”.
Resguardadas en colecciones de Francia y más allá, pinturas y dibujos comisionados o coleccionados por los príncipes de Orleans fueron llevados a Chantilly para exhibirse al lado de estudios y demás variantes. Juntos ofrecen un vistazo al trabajo “perfeccionista y metódico” de Ingres.
El nativo de Montauban, Francia, es considerado un pintor difícil de clasificar, a veces “visionario”. Detrás de un supuesto “clasicismo”, yacía una originalidad y búsqueda de la perfección que aún fascina.
Aunque el pintor no buscó ser el retratista preferido de la élite francesa, en eso se convirtió durante la monarquía de Julio debido a su popularidad con la familia Orleans. Abrumado con peticiones, Ingres no tenía la intención de dedicar demasiado tiempo al retrato. Sin embargo, no pudo rechazar la oportunidad de pintar ciertas figuras poderosas, como el conde Molé y Betty de Rothschild, al mismo tiempo que trató de transmitir su estatus e inyectar nueva vida al género.
Belleza cautivante
Uno de sus temas fue la encantadora vizcondesa, Louise de Broglie, esposa del futuro conde de Haussonville. Era la hija, hermana, esposa y madre de miembros de académicos del Instituto de Francia –Ingres lo era de la Academia de Bellas Artes– y, como el resto de su familia, era una ferviente simpatizante de la monarquía orleanista.
Louise conoció a Ingres en Roma en 1840, donde admiró su versión de Estratónice, que estaba en proceso. Cautivado por la belleza de la aristócrata, el artista también deseaba hacer una buena impresión con su familia, así que no pudo dejar pasar la oportunidad de pintar su retrato a su regreso a París.
Tardó casi tres años en terminar el óleo Louise, princesa de Broglie, futura condesa de Haussonville, y resultó ser uno de sus retratos más famosos. Con éste, Ingres produjo un ícono moderno, asociado con una generación incapaz de realizar sus sueños. El pintor, a su vez, y como resultado del clima de agitación política, pronto perdería el apoyo de los príncipes que habían inspirado algunas de sus obras maestras.
La exposición Ingres: El artista y sus príncipes... permanecerá hasta el primero de octubre en el Museo Condé, ubicado en el Castillo de Chantilly, Francia.