Nueva York. Cine, televisión, moda: Kim Kimble lo ha hecho todo en sus más de 30 años como estilista en Hollywood, pero incluso en los buenos tiempos, nunca abandonó su otro trabajo.
Hasta la pandemia.
“Tenía un salón donde podía trabajar si era necesario, y lo cerré”, dijo. “Así que ahora ni siquiera tengo eso”.
Kimble y un mundo de peluqueros, maquillistas y manicuristas de Hollywood se han quedado inactivos por las huelgas de actores y guionistas, en una era complicada, ya que aún estaban reconstruyendo sus medios de subsistencia después de los dolorosos meses de cierre por el coronavirus.
No están solos, por supuesto, los escritores y actores que protestan en sus disputas contractuales con estudios y servicios de streaming. El equipo de producción y el personal de apoyo en todos los ámbitos del entretenimiento (producción, promoción, asistentes) también están sin trabajo de costa a costa.
“Durante tres, cuatro, cinco meses antes de que los escritores se fueran a huelga, los estudios no estaban dispuestos a dar luz verde a proyectos, por lo que muchos de nosotros hemos estado desempleados durante mucho más tiempo”, dijo Linda Dowds, una maquillista de Los Ángeles de unos 60 años, quien ha trabajado en cine y televisión desde 1987.
Los escritores se declararon en huelga el 2 de mayo, los actores siguieron el 14 de julio. No está claro cuánto durarán las huelgas. En diversas entrevistas, los especialistas en vestuario, peinado, maquillaje y uñas dijeron que temían perder sus casas y su seguro médico mientras buscan opciones. Incluso si los estudios y los servicios de streaming llega a acuerdos con el Sindicato de Guionistas de Estados Unidos y el Sindicato de Actores de la Pantalla-Federación Estadunidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA por sus siglas en inglés) más temprano que tarde, las producciones tardarán semanas en recuperarse.
Dowds, quien compartió un Oscar por su trabajo en The Eyes of Tammy Faye (Los ojos de Tammy Faye), dijo que está en un “estado de ansiedad elevado” por las huelgas. Pero ella se considera una de las afortunadas. Pasó años trabajando en proyectos consecutivos, lo que le permitió mantener su seguro médico por ahora a través del Sindicato de Maquillistas y Peluqueros.
“Pero eso sólo es sostenible por un tiempo”, dijo.
Kimble, de 52 años, quien ha trabajado con Beyoncé y Taraji P. Henson, así como en producciones como Dreamgirls (Soñadoras) y A Wrinkle in Time (Un pliegue en el tiempo), pertenece al mismo sindicato que Dowds. Ella no tiene idea de qué más haría.
“El cabello es lo que amo”, dijo Kimble, en Los Ángeles. “Realmente no hay nada más, ¿sabes? Y amo este negocio, por lo que es muy difícil entender, ‘¿A dónde iría?’”
El maquillador Matin Maulawizada tiene su base en Nueva York, pero generalmente viaja por el mundo, trabajando con actores y otras celebridades en platós de televisión, alfombras rojas y apariciones en programas de entrevistas.
“Mi trabajo ha sido borrado en su mayor parte. Honestamente, no tengo un Plan B”, dijo.
Las huelgas se produjeron después de años de salarios reducidos por su labor, señaló.
“No exagero cuando digo que ganamos una décima parte por exactamente el mismo trabajo que hacíamos en 2005”, dijo Maulawizada. “Si trabajabas con un cliente muy famoso, fácilmente podrías ganar entre 3 mil 500 y 5 mil dólares por una alfombra roja. Ahora tienes suerte si obtienes 500”.
La famosa manicurista Julie Kandalec en Nueva York ha trabajado con famosos de la llamada lista A (Emily Blunt, Storm Reid y Selena Gomez entre ellas) durante casi 13 años. También enseña por internet habilidades empresariales para profesionales de la belleza, un lucrativo trabajo secundario que la ayuda a mantenerse. Además, colabora con marcas y ha mantenido una red de contactos fuera de la burbuja de Hollywood.
Aún así, le preocupa pagar el alquiler.
“Tan sólo con el cambio de fecha de los Emmy es difícil”, dijo Kandalec.
Al igual que otros, ha mantenido un salón a lo largo de los años mientras está ocupada con alfombras rojas y otros empleos. Para algunos, encontrar suficientes clientes de salón para compensar sus ingresos perdidos ha sido un problema.
“Tengo un salón de belleza, pero la mayoría de mis clientes son actores. Muchos de ellos no se cortan el pelo con regularidad en este momento porque no están trabajando. Estoy haciendo todo lo que puedo para hacer visitas a domicilio y cortes de cabello”, dijo la estilista de celebridades y peluquera masculina Andrea Pezzillo, de 38 años, en Los Ángeles. Ella también da clases en internet.
Una huelga prolongada de actores sería decisiva para Maulawizada, de 59 años. Si se prolonga hasta diciembre, él y su esposo, quien es maestro, tendrán que vender su casa.
Acaba de trabajar un día ayudando a preparar a Sarah Jessica Parker para una ronda de entrevistas por Zoom, en colaboración con una marca francesa de cuidado para piel, en apoyo a una organización de salud mental para mujeres.
“Muchos de nosotros trabajábamos en belleza y solíamos trabajar con celebridades, pero se volvió mucho más demandado sólo hacer celebridades. En eso es en lo que nos hemos estado concentrando, lo que en realidad funcionó en nuestra contra debido a momentos como este”, dijo Maulawizada. “Si no consigo trabajo el próximo mes, estaré preocupado por pagar mis cuentas”.
Alguna vez ganó dinero con la consultoría de marca, pero en estos días “las marcas están invirtiendo más dinero en influencers que en profesionales reales”.
Maulawizada está particularmente preocupado por los colegas cuyo único enfoque es el cine.
“No tienen una personalidad en línea, una presencia en internet, porque trabajan 16 horas al día tras bambalinas, mirando sus monitores para asegurarse de que los actores y actrices se vean bien. Y ellos son los expertos de los expertos”.
Maulawizad ha tratado de cambiar eso durante las huelgas, acudiendo a marcas para que donen dinero a maquillistas profesionales a cambio de publicaciones de videos en las redes sociales que muestren cómo usar los productos. Ya tiene un par de marcas preparadas.
“Es dinero que normalmente le pagarían a un niño bailando y maquillándose en TikTok en lugar de un profesional que ha hecho películas ganadoras del Óscar, pero que no tiene muchos seguidores en Instagram”, dijo Maulawizada.
Los estilistas se encuentran en la misma situación desesperada que los que realizan decenas de otros trabajos en la industria del entretenimiento.
Whitney Anne Adams es una diseñadora de vestuario que trabaja principalmente en largometrajes.
“El trabajo para mí se ha frenado por completo, sin nada en el horizonte”, dijo. “Además de un pequeño proyecto de dos meses, no he trabajado desde noviembre de 2022 porque la desaceleración ya comenzaba el año pasado”.
El único trabajo que ha encontrado fue un par de días de diseño de fondo en un video musical no sindicalizado.
“Realmente no hay nada más a lo que recurrir en este momento”, dijo.
Adams, con sede en Richmond, Virginia, se ha dedicado al trabajo sindical, compartiendo información sobre programas de subvenciones y otros recursos. Pertenece a dos locales sindicales, ambos afiliados a la Alianza Internacional de Empleados Teatrales y Escénicos y Técnicos Cinematográficos, Artistas y Oficios Afines. Es la misma organización que abarca a los peluqueros y maquilladores sindicales.
“Negociamos nuestros contratos el próximo año. Esperamos que la solidaridad que sienten de nosotros ahora nos llegue entonces”, dijo Adams sobre los trabajadores sindicalizados que actualmente están en huelga. “Todos tenemos necesidades muy similares y todos trabajamos codo a codo. Si no obtienen un contrato justo, será muy malo para todos nosotros en esta industria”.