Tokio. La economía japonesa creció por tercer trimestre consecutivo en el periodo abril-junio, gracias al dinamismo de las exportaciones de automóviles y la llegada de turistas, que ayudaron a compensar el lastre de la ralentización de la recuperación del consumo tras la pandemia del covid.
El crecimiento anualizado de 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de Japón se tradujo en un aumento trimestral de 1.5 por ciento, muy superior a la estimación media de 0.8 por ciento realizada por Reuters. Se produjo tras una expansión revisada de 3.7 por ciento en el primer trimestre, la más rápida desde el último trimestre de 2020.
El sólido dato del PIB supone un alivio para los responsables de política monetaria, que buscan equilibrar el crecimiento económico con una inflación sostenible y aumentos salariales constantes.
Por subsectores clave, el consumo privado, que representa más de la mitad de la economía, cayó 0.5 por ciento intertrimestral en abril-junio, ya que el alza de precios afectó a las ventas de alimentos y electrodomésticos.
Las exportaciones crecieron 3.2 por ciento en el segundo trimestre, impulsadas por las ventas de automóviles y el turismo, mientras que los gastos de capital se mantuvieron estables.
La demanda externa o exportaciones netas, añadió 1.8 puntos porcentuales al crecimiento del segundo trimestre, ya que las importaciones disminuyeron por tercer trimestre consecutivo, mientras que la demanda interna restó 0.3 puntos porcentuales.
El Banco de Japón tomó medidas el mes pasado para permitir una mayor alza de las tasas de interés a largo plazo, lo que los analistas consideran el inicio de un abandono gradual del estímulo monetario masivo.