Riad. Arabia Saudita nombró por primera vez un embajador en los territorios palestinos. Nayef al Sudairi será el diplomático no residente y cónsul general en Jerusalén, lo que fue bien recibido por el cuerpo político del presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, en muestra de apoyo, incluso cuando el reino del Golfo analiza la posibilidad de establecer relaciones diplomáticas formales con Israel.

Los nombramientos de Sudairi, actual embajador en Jordania, fueron confirmados por la legación saudita en Amán y autoridades diplomáticas de su país. En una ceremonia celebrada en la capital jordana, el asesor diplomático de Abbas, Majdi al Khalidi, recibió una copia de las credenciales del nuevo representante como enviado no residente.

Los nuevos cargos “que desem-peñaré representan un paso importante”, afirmó Sudairi en un video difundido por la televisión Al Ekhbariya. Subrayó la voluntad del rey Salman bin Abdulaziz y del príncipe heredero Mohamed bin Salman de “reforzar las relaciones con los hermanos del Estado de Palestina y darles un apoyo formal en todos los aspectos”.

La medida es “un paso importante que contribuirá a reforzar aún más las sólidas relaciones fraternales que unen a los dos países y a los dos pueblos hermanos”, comentó el palestino Al Khalidi, informó la agencia noticiosa Wafa.

Hasta ahora, los asuntos relacionados con los territorios palestinos se gestionaban desde la embajada saudita en Amán.

Arabia Saudita no reconoce al Estado de Israel y no firmó los Acuerdos de Abraham de 2020, negociados por Estados Unidos, que permitieron a Israel normalizar sus relaciones con dos estados vecinos del reino: Emiratos Árabes Unidos y Bahréin. Pese a ello, Riad anunció en julio del año pasado la apertura de su espacio aéreo a “todos los transportistas”, incluidos los israelíes, aunque negó que la medida fuera “precursora” hacia la normalización de las relaciones.

En los meses recientes, Riad y Washington mantuvieron conversaciones sobre las condiciones del reino para avanzar en la relación bilateral, incluidas garantías de seguridad y apoyo estadunidense al programa nuclear civil de enriquecimiento de uranio, según fuentes informadas en el asunto.

A los palestinos les preocupa que cualquier acuerdo pueda debilitar el apoyo a su causa en el mundo árabe en general y socavar sus esperanzas de que se declare y acepte internacionalmente el Estado palestino independiente.