La lluvia llegó para darle un respiro a Tigres de Quintana Roo justo cuando sufría su momento de mayor tormento. El partido parecía perdido en la séptima entrada y aquel clima interrumpía la actividad en el Beto Ávila de Cancún. Pero reanudaron y los Diablos Rojos sólo culminaron lo que ya habían ejecutado, una victoria 5-0 que empata la serie de playoffs a dos triunfos por bando.
Los errores de Tigres abrieron la compuerta de su desgracia. Una equivocación del parador en corto permitió que se fugara Carlos Sepúlveda y se fuera directo a pisar el home en la tercera entrada.
El juego empezó a dar visos de fortuna para todo lo que hacían los escarlatas y la segunda anotación de los Diablos llegó con un doble remolcador de Ramón Flores.
Se sabe que esta rivalidad es histórica y de pronto puede cobrar mayor voltaje. Alex Carrillo subió al montículo a tratar de equilibrar a los felinos; sin embargo también dio señas de estar bajo demasiada presión.
Cuando lanzaba a Julián León la bola se fue directo al cuerpo del bateador escarlata. Un golpe carnoso que encendió la ira. El toletero fue al centro del diamante y en medio de gritos parecía que aquello estallaría en una pelea, sobre todo porque las bancas acudieron de inmediato. Todo se contuvo.
El pulso del lanzador de Tigres, sin embargo, no recobró la calma y recibió un sencillo de Carlos Sepúlveda y Moisés Gutiérrez anotó. Después llegaron las carreras de Julián Ornelas y las de Roberto Ramos y cuando parecía que habría un rally apareció la lluvia. Regresaron más tarde, pero nada cambió.