Lima. El gobierno peruano anunció este sábado que reanudó un acuerdo con Estados Unidos que permitirá interceptar avionetas sospechosas en actividades de narcotráfico, luego de permanecer suspendido por 20 años debido a un accidente con una aeronave.
El presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola Peñaranda, dijo que el acuerdo permitirá que la fuerza aérea del país andino vuelva a recibir la cooperación de Estados Unidos en cuanto a radares, inteligencia, financiamiento, comunicaciones, mantenimiento, capacitación, así como apoyo logístico, técnico y administrativo para fortalecer las acciones contra el tráfico ilícito de drogas.
"Ayer el ministro de Defensa (Jorge Chávez) confirmó que se llegó a buen acuerdo con Estados Unidos en materia de interdicción aérea, (…) ese apoyo se va a reanudar, se levantó este veto y va a permitir que el Perú pueda hacer ejercicio y uso de la interdicción aérea no letal", dijo el funcionario, citado por la agencia peruana de noticias, durante una visita al Centro de Operaciones de la Policía Nacional de Perú.
Washington suspendió hace dos décadas su apoyo para la intercepción de avionetas después de que la Fuerza Aérea peruana derribó una nave al confundirla con una de narcotraficantes, lo que provocó la muerte de dos ciudadanos estadounidenses.
"Vamos a marcar un antes y después en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. Por encargo de la presidenta Dina Boluarte redoblamos el esfuerzo en el cuidado de la seguridad de los ciudadanos y ciudadanas", escribió el funcionario el sábado en la red social X, antes Twitter.
Perú es, junto a su vecina Colombia, uno de los mayores productores de hoja de coca y cocaína en el mundo, según Naciones Unidas.
En el 2022, la superficie cultivada de hoja de coca en Perú creció un 18% frente al año anterior a una nueva cifra récord, con mayor relevancia en tierras protegidas o en zonas de pueblos indígenas de la Amazonía cercanas a Brasil y Colombia.
El cultivo de la hoja de coca es legal en Perú para su uso tradicional y se mastica para obtener energía o se consume con un té para evitar efectos de la altura. Sin embargo, se calcula que el 90% de la cosecha termina en manos del narcotráfico, de acuerdo a analistas.