Ex trabajadores y jubilados expresaron que la compra de Mexicana de Aviación representa cerrar un ciclo emocional y una etapa que marcó sus vidas para siempre y agradecieron al presidente Andrés Manuel López Obrador haber cumplido su promesa de resolver el caso.
Fueron muchos años “de estar desgastados, muchos compañeros fallecieron de enfermedad y se quedaron en el camino, otros tantos se suicidaron porque perdieron todo; eso te va mermando emocionalmente y repercute en tu salud”, externó María Eugenia Dávila Rodríguez, sobrecargo jubilada de la extinta línea aérea.
Ella laboró durante 23 años para la empresa que cesó operaciones en 2010. Ahora, dijo, si bien la compra no resarce el daño en su totalidad, “con que vuelva a volar Mexicana, se haga justicia y paguen los responsables de ese quebranto fraudulento, será la mayor satisfacción que podemos tener los trabajadores”.
A las afueras de Palacio Nacional, el capitán José Ramón Buergo Troncoso también aceptó conversar con La Jornada, mientras sus compañeros ex trabajadores y jubilados celebraban el acuerdo entre aplausos, porras y música de mariachi.
Dávila Rodríguez señaló que, además del júbilo por la operación, pilotos, sobrecargos y personal de tierra celebraban su rencuentro, pues no se veían desde los plantones de 2011 en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Sinónimo de calidad, la vieja Mexicana
Buergo Troncoso es jubilado. Comenzó a trabajar en 1978 en la aerolínea y aseguró que Mexicana de Aviación se convirtió en su tiempo “en una empresa con los mayores estándares de calidad en el mundo”.
Lamentó los “intereses políticos y económicos” que llevaron a la quiebra. “Éramos una competencia muy dura” para las demás empresas, nacionales e internacionales. “El año que Mexicana cerró teníamos 61 por ciento del pasaje que se movía entre México y Estados Unidos, más que todas las líneas estadunidenses y nacionales”, expuso.
María Guadalupe Juárez, ex sobrecargo jubilada, reclamó a los ex presidentes panistas Vicente Fox y Felipe Calderón “no hacer nada por nosotros”; llegó Enrique Peña Nieto, pero “cuando fuimos a verlo a Los Pinos, nos envió granaderos”.
Desearon que la nueva Mexicana de Aviación siga el ejemplo de la anterior, “humana con sus empleados”, recalcó Adriana Crespo, ex sobrecargo.