A través de una carta dirigida a César de Castro, abogado del ex secretario de Seguridad Pública Genaro García Luna, el presidente Andrés Manuel López Obrador le expresó su inconformidad por difamarlo durante el juicio efectuado en una corte de distrito en Nueva York. Aunque reconoció la imposibilidad de demandarlo penalmente, le planteó: “‘No omito confesarle que tenía muchas ganas de denunciarlo, no sólo por cuestiones personales, sino por su actuación alevosa y arrogante de poner en duda la dignidad del Presidente de México”.
Hizo pública la carta enviada a través de la embajada de México en Estados Unidos, fechada el 27 de julio pasado, subrayando que la intención fue “exhortarlo a que nunca olvide que el fin no justifica los medios; que la mentira jamás podrá prevalecer por encima de la verdad”. Poco antes, a pregunta expresa en su conferencia, lo acusó de haber actuado de manera malintencionada al interrogar a uno de los testigos, Jesús Zambada, pretendiendo involucrarlo en financiamiento ilegal.
Detalló que durante el juicio preguntó hasta dos veces a Zambada si había entregado dinero al Gobierno de la Ciudad para la campaña de López Obrador en tiempos de Fox. Tras rechazar que en alguna ocasión haya convenido con el ex presidente, dijo que esa fue una actitud incorrecta al querer involucrarlo en ese proceso. Sostuvo que al negarlo repetidamente, Zambada actuó con más rectitud que De Castro, pero estos abogados no pueden ser demandados.
En la carta, de cuatro párrafos, el presidente cita textualmente la disposición en las leyes estadunidenses que le impidió demandar penalmente. “Con la protección legal que tienen estos abogados, pueden incurrir en simulaciones”, porque aunque supuestamente De Castro era un abogado de oficio, “¿cómo se constata que no cobran, cuando él tiene una actitud de defensa a ultranza de García Luna?”
Por ello expresó sus dudas de que el defensor no tuviera conocimiento de las diferencias que mantiene con el jefe político de su cliente, el ex presidente Felipe Calderón.