Las dos formaciones centrales de la política mexicana han entrado en una segunda etapa del inédito y polémico proceso interno adelantado que les permitirá designar “coordinaciones nacionales”, que en realidad serán sus respectivas candidaturas presidenciales en 2024.
Ha sido una etapa densa, que requirió la definición del tribunal electoral para validar lo que de facto se realizaba con visos de escandalosa simulación que, sin embargo, la máxima autoridad judicial electoral terminó aceptando y regulando. Habrá de verse si este ejercicio de elecciones internas adelantadas se sostiene al paso del tiempo o queda como recuerdo de la intensa etapa del poder obradorista. En particular, queda un saldo negativo en cuanto al abuso de dinero de origen inidentificable en la contratación de anuncios espectaculares y otras formas de propaganda de precandidaturas.
En el flanco opositor, la nueva etapa está a la vista: ayer fue el último día hábil para recolección de registros de apoyo a “personas inscritas” y un puñado de ellas entrará a una fase presuntamente vigilada por una comisión de observación ciudadana. El proceso opositor tiene la característica de que todo hace entender que de origen el resultado estuvo cargado a favor de la senadora Xóchitl Gálvez, sin peso real de la “sociedad civil” y con un inocultable control de los partidos políticos y sus camarillas.
En el polo oficialista también hay un aire de final anunciado a favor de Claudia Sheinbaum, la ex jefa del gobierno capitalino que ha mantenido la delantera en las encuestas de opinión, como subsidiaria que es de la fuerza política y electoral del presidente saliente, López Obrador. Este polo tardará aún en finalizar su primera etapa, pero el dirigente formal de Morena, Mario Delgado, ya ha anunciado que el martes venidero se realizará el sorteo de las casas encuestadoras que sustentarán la decisión final respecto a los seis aspirantes formales a 2024.
El punto de las casas encuestadoras, la metodología a usar y otros detalles técnicos ha significado una temprana discusión interna, sobre todo desde los equipos de Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, que mantienen recelo, aún sin desbordamiento, en previsión de que el desenlace del proceso cuatroteísta pudiera ser manipulable.
En otro tema: autoridades educativas saltaron al escenario mediático la tarde de ayer para defender los libros de texto gratuito que han estado bajo fuertes críticas por parte de personajes empresariales y mediáticos, como Ricardo Salinas Pliego, de Televisión Azteca, y algunos de los pocos gobernadores que son opositores a la 4T y que incluso han presentado impugnaciones judiciales en busca de impedir que los citados libros sean distribuidos en esas entidades.
Por cierto, en su columna institucional, El Diario de Juárez da referencias de Marx Arriaga Navarro, el servidor público federal que está en el centro de la discusión pública por ser pieza fundamental del armado de los nuevos libros de texto gratuito: “estuvo como profe investigador de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez de enero de 2010 hasta octubre de 2019. Forma parte del grupo de Manuel Loera de la Rosa, hermano del ex candidato a gobernador por Morena, Juan Carlos Loera. Manuel fue el primero en integrarse al gobierno federal apenas arrancado el régimen de la 4T. Meses después fue integrado Marx hasta alcanzar su posición actual como director general de Materiales Educativos de la SEP” (https://goo.su/ChiuFbF).
Y, mientras Donald Trump ha tocado de pasadita el tema de la Guardia Nacional mexicana, comparándola con el general Francisco Villa en cuanto a “incorrección política”, además de insistir en que consiguió del presidente López Obrador que le “diera” soldados para frenar la travesía de personas “malas” hacia Estados Unidos, ¡hasta mañana, con Morena presentando cuentas francamente irreales de gastos de precampaña de sus corcholatas!
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