Bogotá. Una copiosa lluvia de iniciativas para salvar a la Amazonia de los peligros que la asedian inundó hoy el recinto donde sesionan presidentes y ministros de los ocho países sudamericanos que comparten este bioma considerado el principal pulmón vegetal del planeta.
Desde el centro de convenciones de la ciudad de Belém du Pará, apenas a unos metros de la desembocadura del río más largo y caudoloso del mundo, el anfitrión de esta cuarta cumbre, Luiz Inácio Lula da Silva, saludó a sus invitados con un mensaje de alarma: “nunca fue tan urgente retomar la cooperación para enfrentar los desafíos que hoy tiene la Amazonia”, dijo.
Señaló que esta región “será lo que queramos que sea, un lugar con áreas más verdes, aire más puro, rios sin contaminación. Una Amazonia al alcance de todos, con migrantes acogibles, indígenas respetados y jóvenes con más esperanza. Una Amazonia que se despierta y se conoce a sí misma”.
A Belém, norte del Brasil, arribaron desde el lunes pasado los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; Bolivia, Luis Arce, y Perú, Dina Boluarte, así como enviados especiales de los mandatarios de Ecuador, Venezuela, Guyana y Surinam.
Durante la sesión inaugural se escucharon angustiosas alertas, así como sonoros llamados a la ejecución de acciones inmediatas, pero sobre todo se lanzaron decenas de propuestas tendientes a detener la catástrofe ambiental en ciernes, derivada de años de inacción estatal.
A punto del “no retorno”
Según la mayoría de investigaciones científicas, agentes depredadores de diverso origen arrebataron 17 por ciento de su bosque a la Amazonia, dejándola a sólo tres puntos de llegar a lo que los expertos llaman “el no retorno”.
Estos estragos han sido causados por factores diversos, que van desde la ampliación de la frontera agrícola –destinando nuevas tierras a la ganadería extensiva– hasta la proliferación de áreas de cultivo de hoja de coca, la minería ilegal, la explotación de maderas, el tráfico de fauna y flora, el contrabando en las zonas de frontera y hasta el tráfico de seres humanos.
Refrescante aguacero
Lula encabezó la avalancha de iniciativas, proponiendo “una nueva visión de desarrollo sostenible que incluya la protección del trabajo y los derechos de quienes habitan esta región”. Se calcula que unos 50 millones de personas viven en los 7.8 millones de kilómetros cuadrados que ocupa la Amazonia, equivalentes a 44 por ciento del territorio sudamericano.
El presidente brasileño acusó a su antecesor, Jair Bolsonaro, de haber propiciado un desastre ecológico y pidió a los gobiernos del área unir esfuerzos para combatir al crimen organizado.
Petro fue más allá y propuso la creación de un tratado militar, tipo OTAN, “para hacer interdicción de todo lo que vaya en contra de la selva”, con absoluto respeto de la soberanía nacional de cada uno de los ocho países amazónicos.
Fuentes de la delegación colombiana que asiste a la Cumbre dijeron a La Jornada que aspiran a que el documento final apruebe un acuerdo para considerar la unión de las fuerzas armadas de los países de la cuenca “para abocarse a su cuidado”.
El mantario colombiano también lanzó la iniciativa de crear un tribunal de justicia ambiental amazónico que juzgue crímenes ecológicos.
Al hacer un retrato de cómo afecta el daño de la Amazonia a su país, el mandatario señaló que “toda el agua que se consume en Colombia depende de esta selva, donde se generan los ríos voladores que el viento lleva a Los Andes, así que sin selva no hay agua”
Petro y su homólogo boliviano, Arce, coincidieron en la idea de crear un gran centro de investigación sobre la zona, propuesta que fue complementada por la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, con la creación de un banco de semillas amazónico.
La enviada del presidente Nicolás Maduro, quien se excusó de asistir a causa de una otitis, estuvo parcialmente de acuerdo con la iniciativa del presidente Petro sobre la forma de enfrentar al crimen organizado en la región, sugiriendo la formación de una fuerza de tarea de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) creado desde 1995 pero poco activo por la falta de voluntad de gobiernos anteriores.
Y agregó la propuesta de lanzar al espacio un satélite dedicado exclusivamente a vigilar la región y hacer seguimiento al ambicioso plan de reforestación con el que los países del área pretender revertir el daño causado por años de tala y quema de bosques.
Sobre la deforestación también se manifestó Boluarte , quien llamó a una “alianza firme y clara para enfrentar la tala, la minería ilegal y el narco”. Este es el primer viaje al exterior que realiza la presidenta peruana desde que asumió el 7 de diciembre de 2022 tras ser declarada la vacancia contra Pedro Castillo por parte del Congreso.
Rechazo a bases militares de EU
Aunque el centro de la discusión ha girado alrededor de lo ambiental, la cumbre también se ocupó ayer del viejo interés estadunidense de instalar bases militares en la Amazonia, similares a la que ya tuvo en la región ecuatoriana de Manta, desmontada en julio de 2008 por el entonces presidente Rafael Correa.
El tema fue introducido por el presidente Arce, quien tras advertir que “el capitalismo está poniendo en riesgo a la humanidad y a la naturaleza”, alertó sobre “los intentos de dominio de la Amazonia por medio de la instalación de bases militares de Estados Unidos”.
Arce agregó que es preocupante que Europa esté en la misma posición. “Los primeros quieren el control por medios militares y los segundos mediante ONG”, aseguró el presidente de Bolivia.
La disputa por la zona
El tema del control y la disputa geopolítica de la región tambien fue abordado por la vicepresidenta de Venezuela, quien advirtió sobre “la voracidad de los emporios trasnacionales farmacéuticos y de alimentos y las aspiraciones de la OTAN para garantizar la mercantilización de la cuenca amazónica”.
Con el lema “unidos por nuestros bosques” los países integrantes de la OTCA emitirán una declaración que será guía para su presencia en la conferencia sobre el cambio climático convocada para diciembre próximo por la ONU en Emiratos Árabes Unidos.
Una de las iniciativas que llevarán de manera conjunta los estados miembros de la OTCA a la conferencia de fin de año será la de negociar con los países desarrollados el canje de deuda externa por acciones climáticas, propuesta en la que ha insistido el presidente Petro y que ha ido tomando fuerza en escenarios y organismos internacionales.