La rebaja de la calidad crediticia de Estados Unidos por parte de Fitch la semana pasada provocó la sensación de un mayor riesgo de que no se pague a los prestamistas. Sin embargo, dado que los valores del Tesoro de Estados Unidos son históricamente confiables y la economía ha tenido muestras recientes de mejora, el impacto negativo puede ser momentáneo.
Luego del anuncio, los rendimientos de los Bonos del Tesoro estadunidenses a 10 años subieron a 4.084 por ciento. Una tasa más alta hace más atractivo invertir en dólares, lo fortalece y, por eso, el tipo de cambio en México se depreció. No obstante, se avecinan importantes datos, como la inflación de Estados Unidos y México esta semana.
La calificadora Fitch Rating rebajó la calificación crediticia de Estados Unidos, argumentando, principalmente, enfrentamientos fiscales. Se trata de enfrentamientos originados por una división política, como sucede en otros países (México, por ejemplo), relacionada sobre el uso del dinero (presupuestos) durante los pasados 20 años. No obstante, es poco probable que la rebaja tenga un impacto significativo en la solvencia o reputación del país, aseveró Carlos Ponce, socio director de SNX.
Por otra parte, el alza en tasas hace menos atractivas las valuaciones de las empresas, pues el valor presente de la generación de sus flujos futuros es menor (por eso, bajaron en especial, las empresas tecnológicas) y hace que los precios de las acciones bajen. Todo lo anterior, en un contexto de fuerte alza de precios acumulados este año (“toma de utilidades”).
Los participantes del mercado continuaron asimilando la decisión de la calificadora Fitch. La decisión recordó una rebaja similar hecha por S&P Global Ratings, en agosto de 2011, luego de fallar en un acuerdo de techo de deuda. Sin embargo, el impacto en esta ocasión es mucho menor. En 2011, el S&P 500 bajó casi 7 por ciento en una sola sesión y siguió cayendo, a pesar de que ya acumulaba una baja de casi 10 por ciento en días anteriores, anticipando la noticia, y siguió bajando. La baja en esta ocasión fue de una caída de 1.38 por ciento, y el miércoles pasado, 2.0 por ciento.
Y es que el S&P Global anunció la rebaja el viernes 6 de agosto de 2011, después de una semana tormentosa. Los participantes estaban obsesionados con las últimas noticias sobre el deterioro de la deuda europea, mientras el euro se enfrentaba a una crisis existencial. Un día anterior, el Dow Jones había cerrado con una caída de 4.3 por ciento.