Los contornos del debate en torno a la decisión de política monetaria de la Reserva Federal (Fed) del próximo mes quedaron más claros el lunes, cuando los funcionarios expusieron los argumentos a favor y en contra de otra subida de las tasas de interés.
“El debate gira en torno a: ¿Necesitamos otra subida de tasas? ¿o no? … Creo que estamos bastante cerca de lo que sería una tasa máxima”, dijo el presidente de la Fed de Nueva York, John Williams, en una entrevista con el New York Times en la que expresó cierta confianza en que la inflación subyacente estaba en una senda descendente.
En declaraciones separadas a un evento comunitario celebrado en Atlanta, la gobernadora de la Fed, Michelle Bowman, afirmó que la combinación de una inflación aún elevada y un continuo crecimiento económico implica que es probable que se produzcan nuevas subidas de tasas.
“Apoyé la subida de la tasa de interés de los fondos federales en nuestra reunión de julio y espero que probablemente sean necesarias alzas adicionales para reducir la inflación hasta el objetivo (del Comité Federal de Mercado Abierto)”, dijo, refiriéndose a la tasa de interés de referencia a un día del banco central, que actualmente se sitúa entre 5.25 y 5.50 por ciento.
El índice de precios de los gastos de consumo personal, medida preferida de inflación de la Fed, se situó en junio en 3 por ciento anual, mientras que, excluidos los volátiles precios de los alimentos y la energía, se ubicó 4.1 por ciento y ha mostrado un progreso más lento en los últimos meses hacia el objetivo.
La Fed subió las tasas un cuarto de punto porcentual al final de su reunión del 25 y 26 de julio, y las proyecciones más recientes de los responsables de política monetaria muestran que la mayoría espera un alza más para finales de año.
Sin embargo, los últimos datos muestran una desaceleración de la inflación más rápida de lo previsto, y muchos analistas anticipan que podría estar desarrollándose una tendencia “desinflacionaria” favorable a la Fed.