La recaudación por trabajo es el principal motor del ingreso corriente trimestral de los hogares en México, pues representó casi 66 por ciento de éstos en 2022; sin embargo, se incrementaron mucho más los que se obtuvieron por el “trabajo independiente”, que aquellos que se recibieron por un trabajo subordinado.
En entrevista con La Jornada, Mauricio Rodríguez Abreu, director general de estadísticas sociodemográficas del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), explica que si se toma en cuenta 2022, crecen todos los rubros de ingreso por trabajo, tanto subordinado, independiente, como otros; pero si se quita esa comparación, entre 2020-2022, porque fue un año de pandemia, y se toma todo el periodo desde el cual se pueden hacer comparaciones en el tiempo que podría ser 2016 a 2022, se ve que como el principal componente de este incremento en los ingresos se da por el ingreso de “labor independiente”, es decir, todas aquellas actividades que no están siendo subordinadas.
Aunque también los ingresos por trabajos subordinados crecieron, lo hicieron muy poco, 2.5 por ciento entre 2016 y 2022, el trabajo independiente avanzó 18.3 por ciento, en el periodo de referencia.
“Es importante el crecimiento, pero también hay que aclarar que dentro del rubro de ingresos por trabajo, el subordinado tiene mayor peso; de 41 mil 860 pesos trimestrales de ingresos por trabajo, 35 mil pesos son por trabajo subordinado y el trabajo independiente en 2022, alcanzó 5 mil 416 pesos. Sí, crece más, pero no llega a ser el más importante todavía, pero crece su importancia relativa dentro de ese rubro de ingresos por trabajo”, destaca Rodríguez Abreu.
Mujeres autosuficientes
El trabajo independiente abarca a 13.2 millones de personas en el país, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE). Éste es uno de los renglones que más ha crecido durante la recuperación del mercado laboral y actualmente hay 843 mil 381 personas más en este registro que antes de la pandemia.
Este gran salto de ingresos por actividades autogestivas se da entre las mujeres y sí, precisamente, un componente importante es el trabajo independiente que tienen ellas, asevera Mauricio Rodríguez.
La ENIGH es una encuesta transversal, por lo que no permite dar seguimiento; pero sí se observa un crecimiento del “trabajo independiente”, particularmente entre las mujeres. “Este incremento a lo largo del periodo se da de manera importante, incluso entre 2020-2022. Los datos ahí están, el análisis causal es complejo por el tipo de información que se tiene, pero sí podemos ver estas asociaciones entre incremento de trabajo para las mujeres, en materia particular trabajo independiente, y principalmente en los últimos años”.
Los ingresos de los hogares aumentaron en promedio apenas 0.2 por ciento entre 2016-2022, pero se distribuyeron de manera más equitativa. Por lo tanto, la desigualdad entre la población de mayores ingresos y la de menores recursos, disminuyó, pero se mantienen importantes brechas y desigualdades, asevera el especialista del Inegi.
Así, dos factores incidieron en esta reducción: el aumento de los ingresos del trabajo de 2.5 por ciento en 2016-2022 y, sobre todo, las transferencias en efectivo (10.7 por ciento). En los ingresos laborales vale la pena destacar que aumentaron más los que se obtuvieron por el trabajo independiente, a 18.3 por ciento, que aquellos que se recibieron por un trabajo subordinado, con un avance de 1.6 por ciento. Por su parte, en lo que toca a las transferencias, destacan el aumento de los ingresos por jubilaciones y pensiones de 22 por ciento; las remesas, 41.3 por ciento y los beneficios de los programas gubernamentales, 58.6 por ciento.
De acuerdo con Rodríguez Abreu, las transferencias que se hacen de otros países, básicamente remesas, no son las mismas que reporta Banco de México (BdeM), porque al Inegi le importan las que los hogares utilizan para sus necesidades inmediatas directas, si esa remesa está destinada en ampliar la vivienda entra en otro rubro.
El incremento en las transferencias de programas gubernamentales –como la de pensiones de adultos mayores y becas–, la que no entra ahí es la de Jóvenes Construyendo el Futuro que entra dentro de trabajo, municipales, estatales o federales, se observa a lo largo de todos los deciles de ingreso en México.
Precisa que si los deciles de altos ingresos no recibían estos ingresos (beneficios provenientes de programas gubernamentales) y ahora sí los reciben, proporcionalmente su incremento es muy significativo.
Básicamente, para el decil X, el de más altos ingresos, el incremento entre 2016 y 2022 de ingresos por programas gubernamentales fue de 192 por ciento; si lo contrastamos con el decil I (el de menores ingresos) fue de 3.6 por ciento.
“Esto puede dar una imagen errónea porque si nos vamos a ver cuánto representa de los ingresos de los hogares esos programas, para el decil más alto es 0.8 por ciento de sus ingresos, mientras para el más bajo es 14.7 por ciento; entonces hay que tener contexto, si antes recibían un peso y ahora reciben 100, pues se incrementa. Pero si recibían mil y ahora mil 500, el aumento es menor, pero en proporción sigue siendo muy significativo para los hogares de los primeros deciles.”
“Vemos un incremento del ingreso en la mayoría de los deciles y una reducción en el decil X. Entonces vemos esta brecha que se cierra un poco. En término de hogares por niveles de ingreso también vemos una reducción importante, aunque todavía muy incipiente, entre las brechas de hombres y mujeres. Como director de sociodemográficas me llama mucho la atención la persistencia de brechas, es un dato que se tiene que señalar, como si cruzamos datos de hombres y mujeres indígenas y no indígenas, por ejemplo, cómo se van abriendo y cerrando esas brechas. Como los muchos Méxicos que hay, como siempre se ha dicho”, concluyó Mauricio Rodríguez.