Ciudad de México. Integrantes de la Comisión de Participación Comunitaria de las colonias Hipódromo y Condesa exigieron la restauración del Foro Lindbergh, que fue vandalizado y mayor seguridad.

Asimismo, solicitaron a la Secretaría de Seguridad Ciudadana les informe por qué no fue atendida este domingo su solicitud de presencia policiaca, pese a haber llamado al número de emergencia 911, para evitar este tipo de actos vandálicos.

La interposición de una controversia jurídica contra la administración capitalina es otra de las alternativas que analizan ante la falta de servicios policiacos y de facultades de la Alcaldía Cuauhtémoc en materia de seguridad, comentaron.

La alcaldesa en Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, demandó a su vez al Gobierno capitalino detener el vandalismo en los espacios públicos, como en el Foro Lindbergh, el cual ya está siendo intervenido para retirar los pegotes, imágenes y escritos pintados en sus paredes.

Los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana adscritos a la Alcaldía tienen instrucciones directas de no intervenir, de replegarse, de no reaccionar ante la vandalización de espacios e inmuebles de la demarcación, denunció.

La vandalización de centros recreativos, como el Jardín de las Artes Gráficas, es constante y “pensamos que hasta orquestado”, a lo que se sumó el Mercado Beethoven y el edificio de la Alcaldía, por lo que llamó al secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, a que “sus elementos actúen”.

Los oficiales adscritos a la Alcaldía pertenecen a dicha dependencia, a quien corresponde también atender la solicitud de los vecinos de reponerles el cable de las cámaras de videovigilancia, “no a nosotros”, aseguró.

Con “armas”, como espátulas, thiner y estopa, Consuelo Espinosa, Guadalupe Guerrero, Ana María Ponce, Esperanza Espinosa y Jorge, trabajadores del área de Monumentos de la Dirección de Servicios Urbanos de la Alcaldía, comenzaron a retirar los pegotes y pintas que realizaron “estos vándalos en el monumento”.

El trabajo, dijeron, “llevará una semana o un poco más, porque si dejaron todo pintarrajeado, pero lo vamos a dejar bien limpiecito, mejor que como estaba antes, aunque si será mucho trabajo, pero nos sentimos muy orgullosos cuando terminamos nuestra labor”.

Las mujeres y el hombre, cuyas edades oscilan entre los 66 y 76 años de edad, lamentaron que “los jóvenes inviertan su tiempo en hacer estos destrozos, que no es arte, en lugar de hacer algo provechoso, y que a nosotros nos toca limpiar, lo cual es nuestro trabajo”.

Sin embargo, consideraron que “sería mejor que los monumentos se conservaran bien, con su mantenimiento, para que todos los disfrutáramos y no tuviéramos que estar cada rato quitando pegotes y pintas”.

Alejandro Guzmán, jefe de la cuadrilla, explicó que los trabajos se realizarán a lo largo de la semana, de las 8 a las 15 horas, que es su jornada, pero “todo dependerá de las órdenes que nos den, pero mientras hay que irle dando, porque una vez que quitan los pegotes y pintas en un lado, hay que lavarle bien”.

Con ello, “podemos ver qué falta y seguirle a fin de hacer lucir el trabajo, lo cual siempre se hace, aunque muchas veces no se reconoce, pero aquí estamos echándole ganas”, señaló.