La campaña de organizaciones conservadoras y medios informativos contra los libros de texto gratuitos (LTG) es como “volver 60 años en el túnel del tiempo”, pues esas mismas acusaciones formularon en su momento contra Adolfo López Mateos algunos grupos, que alertaban sobre una presunta “ideologización” en dichos materiales educativos.
La académica universitaria Ana Celia Montes Vázquez resaltó que, aunque los mencionados libros son perfectibles, representan un “logro internacional de México y la consolidación del ideal revolucionario del acceso a la educación”, por lo que el gobierno debe comunicar mejor su trascendencia y corregir sin falta los posibles errores que tengan.
En entrevista con La Jornada, la profesora de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la Universidad Nacional Autónoma de México destacó que los mensajes televisivos según los cuales los LTG forman parte del “virus del comunismo” son como “esos sacerdotes de los años 60 que, en plena misa, decían eso mismo de los libros y llamaban a la gente a no vacunar a sus hijos, porque iban a volverse estériles”.
A estas campañas en medios tradicionales, señaló, se suma la información dudosa que se difunde en las redes sociales, donde hay toda clase de versiones sobre las características de los libros, muchas de las cuales no se han confirmado hasta el momento.
Para Montes Vázquez, quien realizó su tesis de licenciatura sobre los LTG y trabajó en la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, “no se trata de defenderlos (sin razón). Si hay problemas de contenido, por supuesto que hay que corregirlos, porque antes que cualquier cuestión de ideología está el conocimiento y el derecho de los niños a una educación gratuita, libre, laica y científica”.
Sin embargo, también consideró que los LTG siempre han reflejado de una u otra manera el punto de vista de los sucesivos gobiernos del país, por lo que señalar una supuesta “ideologización” sólo en este sexenio es cuestionable. “En el periodo de Ernesto Zedillo fue muy novedoso incluir lo del 68 en los libros de historia. El Ejército protestó y también fue una revolución mediática”, ejemplificó.
La docente destacó que el gobierno debe comunicar de manera más eficiente los alcances y la importancia de los LTG, pues dichos materiales “son un elemento de identidad histórica nacional, ilustrados por los mejores artistas plásticos. Tienen una carga ideológica inevitable, pero deben predominar el conocimiento y la ciencia sustentada y actualizada”.