A unos días de volver a sus actividades académicas normales, Ciudad Universitaria comienza a verse cada vez más poblada, y ayer uno de los sitios que mostraron mayor vida fue la zona comercial ubicada a un costado de Rectoría, adonde miles de jóvenes han acudido a pagar su inscripción para los estudios de licenciatura que están a punto de iniciar.
Luego de efectuar el depósito en ventanillas –que debe ser al menos de un peso, cuyo monto define de manera voluntaria cada alumno–, muchos estudiantes de primer ingreso aprovecharon para conocer el campus, tomarse fotos y empezar a familiarizarse con las instalaciones donde pasarán los siguientes años de su formación escolar.
Algunos van acompañados de sus padres, hermanos o amigos, y en sus pláticas puede notarse expectación y alegría por librar el requisito del examen de admisión y estar a unas horas de iniciar sus carreras.
Uno de ellos es Antonio Venegas, quien admite sentirse muy afortunado de lograr un sitio en la Facultad de Derecho. Ingresar, dice, “es un triunfo y un orgullo para mí y para mi familia. Si estudias, el examen es sencillo, pero si no, sí cuesta un poco”.
De pocas palabras y gesto serio, Antonio cuenta que su propósito es especializarse en derecho electoral, porque “soy muy fan de la democracia. Estoy dispuesto a estudiar para que no volvamos a caer en una autocracia en México, como ya se vivió anteriormente”.
Con aire mucho más relajado, Andrea López dice que el próximo lunes empieza la licenciatura en ingeniería mecánica, que cursará durante un año antes de tratar de cambiarse a la especialidad en ingeniería mecatrónica, área que le gusta especialmente porque ahí “se juntan cinco variantes de la carrera a la vez”.
Tras obtener su lugar por pase reglamentado, la joven egresada del CCH Oriente lamenta que siga habiendo “mucho sesgo de que estas carreras sólo son para hombres” y espera “que nos toque un ambiente más equitativo, sin violencia de género”.
Proveniente de un hogar con tradición de ciencias sociales, Andrea es la primera de la familia en estudiar ingeniería. En unos años, dice, “me encantaría trabajar en el área de software de tecnología de Google, pero si no es posible, en un área de ingeniería civil o plataformas marítimas o industriales”.
Especialmente feliz se ve Estefany González Alvarado, quien cursará la carrera de médico cirujano, tras haber pasado el examen de admisión con 113 aciertos. Originaria de Morelos, ya tiene claro que al terminar la carrera buscará hacer una especialidad en oncología, para ayudar a que más personas tengan tratamientos oportunos y de calidad.
Entrar a la UNAM “sí fue un gran logro. Lo intenté hace un año y no me quedé, pero este año sí y estoy muy feliz, y también mis papás y toda mi familia. Mientras te esfuerces, todo se puede”, afirma la joven con una sonrisa.